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Abre El Escondite de Chamartín, segunda sede madrileña de El Escondite

El nuevo restaurante en Chamartín ofrece una experiencia gastronómica única con horario ininterrumpido, desde desayunos hasta cócteles. Con una fusión de cocina internacional y tradicional, El Escondite es un lugar de referencia en cualquier momento del día.

El nuevo restaurante en Chamartín (República del Ecuador, 2) refleja la filosofía única de El Escondite de Villanueva ofreciendo un horario de cocina ininterrumpido y una experiencia única en cualquier momento del día, desde desayunos hasta cócteles.

Desde sus inicios, El Escondite ha mantenido su objetivo claro: llevar a cabo un restaurante que no esté especializado en una comida concreta del día, sino en todas ellas. Ya sea para desayunar, comer, cenar, disfrutar de una tarde o noche de cócteles, todo es posible en este espacio gastronómico de la metrópoli.

Este restaurante, que comenzó su andadura en 2001 y que estaba situado en la calle Conde de Aranda, defendía, tal y como sigue haciendo hoy en día, un concepto diferente. De esta manera, gracias a su propuesta de cocina viajera, El Escondite se convirtió en un mítico espacio donde disfrutar de comidas al mediodía y donde toda una generación o dos, pasaron divertidas noches, con una gran barra donde se juntaban los pinchos y las copas.

Después de varios años desde su inauguración, el restaurante se trasladó a la calle Villanueva, en el barrio de Salamanca, y aprovechó para ampliar su oferta gastronómica con sus deliciosos desayunos, logrando así mantener su esencia y posicionarse como un lugar de referencia a cualquier hora del día.

Una historia de más de dos décadas 

En 2015, se transformó en el actual Escondite de Villanueva, un lugar que combina diferentes ambientes y ofrece una experiencia única y completa. Ahora, con una historia que abarca más de dos décadas y, tras varios años de éxito, el icónico restaurante ha decidido impulsar su expansión, abriendo una nueva sede en el elegante barrio de Chamartín.

El Escondite de Chamartín, que se presenta como un espacio moderno y acogedor, cuenta con una capacidad para 99 comensales y abarca 110 metros cuadrados divididos en diferentes ambientes. El espacio, que incluye mesas altas, bajas y un reservado, es perfecto para la celebración de eventos tanto personales como profesionales. Además, gracias a un diseño que se adapta a cualquier situación, el restaurante es el lugar ideal para disfrutar tanto de un picoteo en su barra y mesas altas como de una comida agradable en su salón principal.

Así, el interiorismo refleja su esencia a la perfección, fusionando elementos contemporáneos y clásicos, creando un ambiente cómodo y sofisticado. Su agradable terraza, situada en una calle tranquila y peatonal, es un espacio al aire libre que invita a conversar durante horas con amigos, relajarse y disfrutar de una experiencia única.

La buena comida no tiene horarios ni límites 

El restaurante, que ha mantenido firme su creencia de que la buena comida no tiene horarios ni límites, reúne en esta nueva ubicación una gran variedad de platos con toques viajeros que combinan lo vanguardista con lo tradicional, adaptándose a todo tipo de gustos.

Mientras que la mayoría de los restaurantes de la capital dejaron atrás la cocina internacional, El Escondite se ha mantenido fiel a su propuesta y ha logrado conseguir el equilibrio perfecto con elaboraciones impregnadas de otras culturas como el pan bao pad thai y ali-oli tamarindo o el taco de cochinita pibil con guacamole, que comparten carta con recetas tradicionales como las populares patatas bravas, el mítico pincho de tortilla con trufa o sus clásicas mini hamburguesitas.

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