Bodegas La Horra presenta Corimbo 2022 y Corimbo I 2018

Botella de vino Corimbo 2022 de Bodegas La Horra
Corimbo 2022 es un vino de Ribera del Duero con frescura y elegancia.

Los vinos de Bodegas La Horra representan el respeto al entorno y la búsqueda de la identidad de la zona para interpretar el paisaje desde la elegancia y frescura. Su nueva bodega, obra de la Premio Nacional de Arquitectura Carme Pinós, se inauguró oficialmente el pasado mes de junio y acoge sus vinos desde la cosecha 2024.

Tras inaugurar a principios de verano su nueva bodega firmada por la Premio Nacional de Arquitectura Carme Pinós, Bodegas La Horra presenta ahora las nuevas añadas de sus vinos: Corimbo 2022 y Corimbo I 2018, dos versiones de un mismo paisaje que demuestran la riqueza y matices de la Ribera del Duero más pura. Creados desde el respeto absoluto por su entorno y la búsqueda de la identidad de la tinta fina local, responden a la filosofía que Bodegas La Horra se marcó cuando desembarcó en la Ribera del Duero burgalesa: vinos que fueran fieles representantes de su paisaje, con carácter ribereño, pero con la elegancia y texturas únicas.

La filosofía que da origen a los vinos Corimbo

La filosofía de Corimbo parte del respeto por el entorno, que se plasma en un viñedo cultivado siguiendo las líneas de la viticultura ecológica y en una bodega sostenible integrada en el paisaje. Además, la inversión en I+D+i forma parte del día a día de la bodega, pues desarrolla en la actualidad varias líneas de investigación, como los estudios sobre la percepción de la tanicidad en los vinos o sobre los métodos de extracción para evitar la astringencia. Sin olvidar el proyecto para recuperar la biodiversidad de la tinta del país en el entorno de La Horra, con el que Bodegas La Horra comenzó, hace más de una década, a buscar, seleccionar y recopilar material vegetal entre las mejores viñas viejas de tempranillo de Ribera del Duero, con el que ha creado una colección singular, que recoge y preserva la riqueza y personalidad de esta uva.

Todo este trabajo toma forma a la hora de elaborar sus vinos, regidos por tres conceptos básicos: la apuesta por la frescura evitando sobremaduraciones, la realización de una extracción muy cuidada para favorecer la finura del tanino y el rechazo al exceso de madera, creando esa textura única de la que participan todos los vinos de la bodega.

Corimbo 2022, la versión más hedonista de la Ribera del Duero

Certificado como ecológico desde la añada 2020, Corimbo 2022 (25 euros) refleja el lado más frutal y elegante de la Ribera burgalesa, un vino de frescura inusitada pese a ser el fruto de una añada especialmente calurosa y seca. El invierno fue frío y seco, mientras que la primavera, aunque fría, trajo buenas precipitaciones, llegando la brotación de manera tardía y tímida, pero el calor de mayo y junio hizo que al final se adelantara. El verano fue muy caluroso, llegando a superar los 40ºC en julio, y con una ausencia total de lluvias. Sin embargo, a pesar de la sequía y el calor, sorprende la frescura de los vinos de esta añada.

Corimbo 2022 es un vino muy intenso a nivel aromático, destacando la fruta roja, madura y fresca al mismo tiempo, junto a una madera muy bien ensamblada. Resulta especialmente sorprendente su frescura en una añada tan cálida como la 2022, dando lugar a un vino directo, frutal, con sus características notas de hierbas aromáticas del entorno y recuerdos minerales de sus suelos calizos. En boca vuelve a estar presente la fruta roja (cerezas), además de la negra (moras), con las notas de la crianza muy sutiles e integradas, destacando un tanino vivo y bien pulido. Un vino elaborado para ser disfrutado, largo y muy placentero.

CORIMBO I 2018, la nueva añada de su vino más icónico

Elaborado con tinta del país de sus viñedos más viejos, Corimbo I (50 euros) es una selección de las mejores parcelas de La Horra, plantadas en vaso y con una edad de más de 60 años. Una selección exquisita, que atesora la esencia de la tinta del país burgalesa y cuya especial textura en boca, que aúna su indudable raza ribereña con un tanino delicado, fresco y fino, marca una personalidad propia, muy reconocible.

La cosecha 2018 fue una añada fría y lluviosa, que dio lugar, a nivel general, a vinos muy aromáticos, expresivos y frutales, con una frescura sobresaliente. El invierno y la primavera fueron muy fríos y lluviosos, lo que ayudó a que la viña brotara en sus fechas habituales, aunque con algunas heladas que produjeron daños moderados. A final de junio subieron las temperaturas y tanto el número de racimos como el cuajado auguraban una cosecha abundante. El verano fue frío y seco, pero la viña contaba con buenas reservas de agua en el suelo. En el inicio del otoño hizo más calor de lo habitual. La maduración fue muy buena en los viñedos viejos, con producciones equilibradas. La vendimia comenzó el 21 de septiembre y se alargó hasta el 16 de octubre.

Corimbo I 2018 es un vino de muy buena intensidad desde la copa, contando con una nariz sutil, delicada y fina, en la que destacan las notas frutales (ciruela, mora, cereza y guinda) y una estupenda armonía. La madera, impecablemente ensamblada, sirve de soporte para sostener todas esas sensaciones que nos llevan de manera directa al paisaje de pinos y hierbas aromáticas que rodean la bodega. En boca sabe llevar al terreno de la delicadeza y la finura su indudable volumen, gracias a una poderosa fruta y a un tanino perfecto, fino y fresco. Aparecen también al fondo las sensaciones minerales de sus suelos calizos. El conjunto es el de un vino muy bien terminado, firmado por esa elegancia especial que surge de añadas frescas.

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