Madrid: Armando inaugura el espectáculo del escalope

Interior del restaurante Armando en la calle Carranza, Madrid.
El restaurante Armando ofrece una experiencia única con su famoso escalope.

Este último proyecto de la Familia La Ancha es un espectáculo dicho de manera literal. Armando es un espacio, ubicado en la calle Carranza 9 de Madrid, dónde el Escalope Armando, con sus dimensiones, su crujiente y su sabor inconfundible, encuentra un escenario a su medida. Aquí se sirve en mesa, con hermosura, humor y espontaneidad, para convertir un gesto cotidiano en toda una experiencia.

Hay platos que nacen para quedarse, que atraviesan generaciones y modas, que consiguen algo tan simple y tan difícil como hacer feliz a quien los prueba. El escalope es uno de ellos; cualquiera sonríe ante un buen filete empanado, por su sabor, pero también por los recuerdos, por la nostalgia que despierta. Si se multiplica el tamaño, el crujiente y la sabrosura del clásico filete empanado, el resultado es un escalope Armando.

Desde los años setenta

El Armando comenzó a servirse en La Ancha en los años 70, pasando después a otras casas de Familia La Ancha, en 2020 conquistó los hogares con su versión a domicilio y hoy, como homenaje a las cosas sencillas y al buen comer, Armando abre su primer restaurante en el número 9 de la calle Carranza, en Madrid.

“Queremos empanar el mundo. Somos unos locos del escalope y creemos en el poder que tiene para generar felicidad”, resume Nino Redruello, cuarta generación de Familia La Ancha. Esa locura por el escalope se vive y se siente en el nuevo restaurante Armando. Un lugar, con capacidad para unos 40 comensales, hecho para ir con hambre, con ganas y con amigos. Sin reservas (no se admiten), porque Armando apuesta por la espontaneidad y el disfrute de un filete empanado cuando se antoje y sin formalidades.

Aunque aquí la experiencia se eleva en la mesa puesta que manda en un restaurante, este Armando se ha vuelto más canalla, más irreverente. ¿Cómo? Dando la posibilidad al comensal de customizar su escalope con complementos y guarniciones de lo más originales, desde unos macarrones con chorizo a un steak tartar con huevo frito, que el equipo de sala trabaja a la vista del comensal sobre un Armando recién hecho.

La carta: la teatralidad del escalope

En Armando, todo gira en torno al escalope. Se sirve el clásico (40 cm de cerdo Duroc), baby, de pollo, de mar (emperador) o vegetal (de berenjena), y cada uno puede “armarse” a gusto del comensal gracias a los complementos “sobre tu escalope” y a las guarniciones “con tu escalope”.

Los complementos son puro espectáculo: huevos a baja temperatura con trufa, macarrones gratinados con chorizo, queso raclette fundido, espinacas a la crema o steak tartar con huevo frito y piparras, entre otros. El escalope llega desnudo a la mesa, recién frito, finísimo y dorado, y a la vista de los que ya salivan, una reacción habitual ante un filete empanado, se cubre con el complemento elegido allí mismo. Y al aroma del empanado se suma la elegancia de la trufa, la potencia del queso, la frescura del tartar o la nostalgia de esos macarrones con chorizo que trasladan a la infancia sin remedio.

Las guarniciones al centro, patatas Armando, pimiento frito, pisto manchego, huevo frito con puntilla o ensalada fresca de lechuga y cebolla, completan el ritual compartido. Aunque el Armando es el protagonista indiscutible de esta nueva apertura, está muy bien acompañado por platos clásicos para compartir como croquetas de jamón, ensaladilla rusa con siracha, tortilla velazqueña, la divertida Sanjacoba burger o el bocata de albóndigas.

Llega la hora del postre y el helado, que siempre había acompañado a otros, se convierte en protagonista. En una copa, una base de helado casero de leche fresca se viste de fiesta con una torrija caramelizada, lemon pie con jengibre escarchado y hierbabuena, flan chino con jalea de naranja o Drácula, con fresas aliñadas, pimienta rosa y coca-cola. Un homenaje a la infancia, al juego y a ese final dulce que nunca se olvida.

Y para beber Armando también invita a compartir a lo grande: jarras de un litro de limonada de fresa, limonada de albahaca y jengibre, tinto de verano clásico o sangría de cava con frambuesas y menta. Refrescantes, divertidas y perfectas para brindar en grupo, como todo lo que ocurre aquí.

Un espacio redondo

El interiorismo, firmado por Trench Estudio, rinde homenaje a la historia de Armando con curvas boterianas, tonos setenteros y una estética amable y juguetona. No podía ser de otra manera siendo el Armando un plato que nació en La Ancha en los años 70 de forma inesperada, como algunas de las mejores cosas de la vida y, concretamente, de la cocina. Un comensal argentino se sentó a la mesa con hambre y ganas de retar al cocinero, que tirando de ingenio decidió hacer el escalope más fino, crujiente y grande que pudo, tanto que lo frió en una paellera. Tanto gustó, que se ha quedado en Familia La Ancha, en las cartas y en el delivery, y no solo por lo delicioso del plato sino porque recuerda la belleza de lo imperfecto, el sabor de los platos de siempre y el gusto por la cocina auténtica que sin artificio sigue causando sorpresa. La sonrisa de aquel cliente con el que comenzó todo, Armando, que disfrutó como un niño de su filete empanado hoy luce en las paredes de este nuevo espacio recordando que este es un lugar donde la felicidad se sirve empanada.

ORIGEN, la revista

Acceso Biblioteca Origen Digital

Suscripción a Newsletter

Scroll al inicio