Qué Bonito Cacareaba 2023, nueva añada del blanco de Bodega Contador

En la primera década de los 2000, la mayoría de los bodegueros no invertía en la elaboración de grandes blancos. No fue este el caso de Benjamín Romeo, enólogo y fundador de Bodega Contador (San Vicente de la Sonsierra), quien en el año 2002 ponía en el mercado la primera añada de su gran blanco Qué Bonito Cacareaba, impetuoso y sensual, con gran capacidad de guarda y a la altura de etiquetas provenientes de Borgoña o Ródano.

Qué Bonito Cacareaba 2023 (58,50 euros) es la vigésima añada del blanco más emblemático de Bodega Contador y del que apenas se han producido 7.000 botellas. Está elaborado con las variedades Viura (41%), Garnacha blanca (39%) y Malvasía (20%), todas procedentes de cinco parcelas diferentes de Contador (El Bombón, El Saúco, Sacramento, Isla y Canoca), ubicadas en San Vicente de la Sonsierra, y cuenta con nueve meses de crianza en barricas nuevas de roble francés. “Nos encontramos ante un vino con larga vida”, asegura Romeo, “elegante, con personalidad y donde la fruta y el terruño del que proviene son los protagonistas. Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento”.

Una curiosa historia

El singular nombre de este vino esconde, además, una curiosa historia. En principio se bautizó como El Contador de Gallocanta, ya que la viña de donde procedía la mayor parte de la uva para su elaboración se llamaba Gallocanta. Pero cuando se comercializó en Estados Unidos salió a la luz un pequeño conflicto con una bodega americana, la más grande del mundo, cuyo nombre era muy parecido: Bodegas Gallo. Así que, tal y como lo ha contado Romeo en alguna que otra ocasión, hubo que cambiarlo: “Como el gallo ya no canta… qué bonito cacareaba”.

Comprometido con el terruño

Al igual que ocurre con el resto de vinos de Bodega Contador, Qué Bonito Cacareaba es el resultado de un trabajo comprometido a largo plazo con el terruño y el medio ambiente, con el que Romeo consigue transmitir su pasión por una tierra llena de historia. El trabajo en la viña siempre es orgánico, con laboreo manual y abonado solo algunos años, con materia orgánica a partir de estiércol de oveja. Viña y uva se mantienen en perfectas condiciones de salud y reciben solo los tratamientos imprescindibles con productos no residuales. Benjamín Romeo selecciona personalmente las maderas para las barricas, entre las de más alta gama de las diez tonelerías más prestigiosas de Francia, y los corchos para los tapones, en los alcornocales de la sierra de Espadán (Castellón).

 

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