La Denominación de Origen Rías Baixas ha cerrado la vendimia 2025 con 47,5 millones de kilogramos de uva, una cifra que consolida su liderazgo y reafirma el compromiso de su gente con una viticultura que respeta la tierra, preserva la biodiversidad y apuesta por la sostenibilidad como forma de vida.
En un territorio de minifundio extremo, más de 5.000 viticultores trabajan 21.000 pequeñas parcelas donde la tradición y la innovación se dan la mano. En estas fincas familiares, el sistema de emparrado sigue siendo símbolo de identidad: eleva los racimos, favorece la aireación y permite aprovechar el suelo bajo las cepas para cultivos o vegetación que enriquecen el ecosistema.
Respeto por la naturaleza
El respeto por la naturaleza guía cada paso del proceso. Las labores de poda y vendimia manuales, el uso de materiales vegetales como el mimbre, o la fertilización orgánica con restos naturales, reflejan una viticultura de bajo impacto que reduce las emisiones y mantiene vivo el equilibrio del terreno. Asimismo, la implantación de cubiertas vegetales ayuda a conservar la humedad, mejorar la estructura del suelo y atraer insectos beneficiosos que favorecen la salud del viñedo.
La sostenibilidad también se proyecta desde las bodegas, donde crecen los proyectos de viticultura ecológica, biodinámica e integrada. Algunas de ellas cuentan con certificaciones internacionales como Wineries for Climate Protection, mientras que otras investigan nuevas fórmulas para reducir el uso de fitosanitarios y cobre, grandes desafíos en el clima húmedo gallego.
Una apuesta por el futuro
Con cada vendimia, Rías Baixas demuestra que cuidar la tierra y mantener vivas las tradiciones no es una mirada al pasado, sino una apuesta por el futuro. La denominación sigue siendo un modelo de equilibrio entre cultura, naturaleza e innovación, ofreciendo vinos con alma atlántica y raíz sostenible.





