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TÉ PARA DOS: Noelia Tomoshige

Fue elegida Pastelera Revelación en Madrid Fusión 2023 con un postre llamado “Furusato”, a base de miel de castaño y sudachi (un cítrico nipón), y comenzó a atraer todos los focos hacia su pequeña pastelería del barrio de El Bercial, en Getafe (Madrid), de nombre Monroebakes, decorada con cerezos en flor.

IMG 5155 (FILEminimizer)Noelia Tomoshige (Sevilla, 1990) es capaz de fusionar la peculiar repostería nipona, siempre baja en azúcar, con la “pâtisserie” francesa aprendida en Le Cordon Bleu y sus orígenes andaluces (pues allí nació, hija de japoneses enamorados del flamenco) y deslumbra por su determinación y unas ambiciones que están a punto de cristalizar en nuevos proyectos compartidos en Madrid. Es una lluviosa mañana y estamos rodeados de sus pasteles y tartas icónicas (como la mille crêpe de chocolate blanco y fresas; la tartaleta de pistacho, yuzu y mandarina, su “tarta de la abuela” con un toque más moderno, o su impresionante tarta de queso esponjosa y no cremosa de estilo japonés). Allí, Noelia, delicada e intensa a la vez, nos dice que “mi estilo es una fusión de pastelería japonesa por mi origen, francesa en técnicas y con toques españoles. Por eso, hacemos un arroz con leche de té verde, torrijas de té verde, tartas francesas con turrón de Jijona…ingredientes españoles para mezclar con lo francés y mi inspiración japonesa, y todo funciona muy bien”. Después, la sometemos a nuestro cuestionario alternativo.

¿Cuál es su personaje histórico favorito? Marilyn Monroe. Me fascina desde que tengo cinco años. Por eso mi pastelería se llama así.

¿Y su personaje de ficción? Seguramente alguno de Anime, los dibujos animados japoneses, como Gojo Satoru, de una serie que se llama Jujutsu Kaisen.

Recomiéndenos un libro… “Hanakotoba. El lenguaje de las flores”.

¿Cuál ha sido su viaje favorito? Aunque he viajado y viajo por todo el mundo, quizá mi favorito sea el que hago a Japón todos los años. Hay mucho que explorar, aun no me he recorrido todo el país.

¿Y su viaje pendiente? Indonesia o Australia.

¿Cuál es su comida favorita? Arroz caldoso.

¿Y qué receta le gusta preparar en casa? El curry japonés.

¿Qué pasión ha descubierto recientemente? No es reciente. Desde el colegio, tengo pasión por escribir. Acabo de escribir dos artículos, uno sobre restaurantes de sushi con Julián Mármol, y otro sobre las propiedades del té matcha. También tengo preparado un libro en colaboración con Planeta Gastro que incluye recetas no solo dulces sino también saladas.

¿Qué bebe? Nada de alcohol, aunque hay una ginebra japonesa de la que soy embajadora y que utilizo en algunos postres.

¿Dónde le gustaría vivir? He recorrido el mundo y estuve una temporada viviendo en Estados Unidos, donde me gustó la variedad de culturas. Pero al final me gusta vivir en Madrid, porque hay de todo y está conectada con Europa y con Japón. En mi país no creo que encajara, porque soy mitad europea.

¿Cuàl es su ocupación favorita?  Apenas salgo de Monroebakes. Hasta el lunes, día de cierre, lo ocupo en entrevistas o sesiones de fotos. Y como pasatiempo también tengo el de comprar vajillas japonesas, por lo que todo está vinculado. Eso sí, el verano lo aprovecho para recorrer el mundo. El ultimo estuve en Japón y en Corea haciendo un curso de kimchi.

¿Cuál es su posesión más preciada? Lo más importante de mi vida es esta pastelería, porque me ha costado mucho abrirla y desarrollarla.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro? Haber conseguido llevar la contraria a esos proveedores que me decían que mi idea no iba a funcionar y menos en este barrio. Pero tuve el apoyo de familia y amigos y nunca dudé de que me iba a ir bien. Ahora esos proveedores vienen todos los días a hacerme propuestas y les digo: ¿te acuerdas cuando me dijiste que no iba a durar ni un año?

¿Qué talento le hubiera gusta tener? Saber bailar, un talento que mi hermana sí tiene. En el mundo del arte puedes practicar mucho, pero de nada sirve si no tienes el don.

¿Cuál será la meta de su próxima carrera? Cuando empecé en este mundillo, había trabajado en tiendas de moda y alta costura y mi meta era sobrevivir y vivir un poco tranquila. Ahora aspiro a tener relevancia y voz en la pastelería. Quisiera ser portavoz de esos pasteleros asiáticos que hay en España y a los que no se ve por ninguna parte. También soy la única mujer en la Asociación de Pasteleros de Madrid, donde hace falta que llegue una nueva generación que pise fuerte y cambie las cosas.

¿Cuál sería el rasgo principal de su carácter? Soy muy perfeccionista, quizá demasiado, algo que he heredado de mi parte japonesa. Eso tiene una parte buena y otra mala, porque nunca estoy contenta con nada.

¿Cuándo derramó su última lagrima? Hace mucho tiempo. Si acaso con películas o anuncios monos, pero en la vida no lloro.

¿Qué cualidad valora en las personas? Me gusta mucho la gente responsable que cuando yerra lo reconoce e intenta mejorar.

¿Cuál sería su mayor cualidad? Organización y perseverancia cuando se me mete algo en la cabeza.

¿Qué es lo que más detesta? A la gente vaga

¿Qué le parte el corazón? Mucha gente piensa que soy muy fría y que no tengo piedad. Es lo que transmito, pero en realidad soy débil. Por ejemplo, cuando tengo que despedir a alguien, aunque sea totalmente procedente. Me pongo en su situación y no puedo ni dormir.

¿Qué le alegra la vida? Viajar, conocer gente interesante, hacer todo tipo de cosas. También me encantan la fotografía y las redes sociales.

Si pudiera cambiar una sola cosa del mundo…Que no hubiera pobreza

¿Cuál sería su lema? “Sueña, pero no te duermas”. Es mi lema desde que abrí la tienda.

 Fotos: ORIGEN

 

ORIGEN, la revista

Acceso Biblioteca Origen Digital

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