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El Foralín: Artesanía gastronómica en Oviedo

La cocina tradicional e imaginativa del chef Félix Martínez ha sido distinguida en menos de dos años con un bib gourmand de la Guía Michelin y combina la audacia de tapas desenfadadas y originales con la más sabrosa tradición.

A veces la marea trae consigo tesoros escondidos: valiosas rarezas que se perdieron en un antiguo naufragio, especies marinas asombrosas y desconocidas… o barcos excepcionales. Como El Foralín (Calle Asturias, 18, bajo. Oviedo. Asturias. Tlfno. 985746797. www.elforalin.com), que acaba de recalar en un precioso espacio que hará sus travesías mucho más plácidas y deliciosas, y que se ha convertido en una de las novedades más atractivas de la temporada.

Porque este barco de sabores artesanos está lleno de cariño, ilusión y tesón. Y tiene alma. Su nombre es el bello homenaje del chef Félix Martínez –que en su día fue jefe de cocina de La Salgar, el restaurante de los Manzano- al pequeño barco de su abuelo, que en aquellos tiempos llegó a lejanos caladeros, como la tortuosa Irlanda. Y aquel espíritu de aventura se mantiene intacto: su filosofía es “llegar donde la marea les lleve, lo más lejos posible”.

Y ganas y talento no les falta. En menos de dos años, El Foralín se han convertido en bib gourmand de la Guía Michelin.

Merecida distinción para su cocina artesana (ellos intentan elaborarlo todo, incluso ahúman sus productos con madera de manzano), que pone en valor los productos de temporada y la tradición, con esos sabores profundos y auténticos.

Su carta tiene dos apartados diferenciados: hay una propuesta más desenfadada y creativa, con tapas tan apetecibles como el Steak Tartar “Foralín” (con carne de vacuno, yema de huevo, mostaza, yuzu, wasabi y rábano picante), el Tomate semiseco relleno de salmorejo, anchoa y albahaca, la Alcachofa de Benicarló con foie y limón, la Ostra al natural (con una ligera elaboración) o el Pan de xata (bao relleno de rabo y carrillera de ternera) al vapor.

Entre sus sabrosos platos fieles a la tradición, preparados con mimo y un cuidado exquisito, se encuentran el Pescado fresco de la lonja a la brasa; el Rabo de ternera glaseado, el Guiso de bacalao, sus callos y sabayón de pilpil o el Meloso de ternera lacado con su jugo. Y en el apartado dulce, mención aparte merecen Mi versión del Peñasanta, un postre imprescindible clásico asturiano o Chocolatísimo para los amantes del cacao.

A esta cocina honesta de intensos y evocadores sabores se suma un ambiente muy especial, con esa atractiva calidez potenciada por el juego de luces y materiales y una decoración vintage de inspiración marinera (obra del decorador Fernando Rico Fernández) que tanto cuenta sobre este barco impulsado por nuevas mareas y con un brillante futuro por delante.

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