Es el director general de Bodegas Roda (www.roda.es), en La Rioja (productora de emblemas como Roda Sela,
Roda, Roda I y Cirsión), y las Bodegas La Horra (www.bodegaslahorra.es), en la Ribera del Duero (Corimbo y Corimbo I), y de los aceites mediterráneos Aubocassa (www.aubocassa.com), en Manacor-Mallorca, monovarietal de Arbequina, y Dauro en l´Empordà (cuya última añada aun se puede encontrar en el mercado), productos todos ellos premiadísimos. Agustín Santolaya ejerce, sin duda, como uno de los personajes más ilustrados del mundo de la alimentación española.
Por Luis Ramírez
Al frente del Grupo Roda, “cuyo objetivo ha sido siempre buscar la perfección”, Santolaya se ha convertido, a través de sus permanentes viajes por todo el mundo, en un cosmopolita que demuestra que 
a lo universal acaso se llega más rápido desde la reivindicación de lo local, tarea que él desarrolla como nadie. Fino y pedagógico comunicador, se somete, primero a regañadientes y finalmente con entusiasmo, a nuestro cuestionario alternativo.
¿Cuál es su personaje histórico favorito?
Lucio Junio Moderato Columela, un coetáneo de Cristo, nacido en La Betica que escribió una de las obras fundamentales de la agricultura mediterránea, “De Re Rusticae”, que sigo leyendo con asiduidad y cada vez me quedo más sorprendido de su rigor, su capacidad para transmitir los conceptos y las técnicas del mundo agrario de su época y la sorprendente actualidad que tienen algunos de sus textos.
Recomiéndeme un libro…
Me gusta mucho Murakami. Entre sus libros, “Tokio Blues” puede ser una buena elección.
¿Cuál es su viaje favorito?
Sin duda, el de la vuelta a casa después de estar viajando.
¿Cuál es su viaje pendiente?
Como viajo tanto lejos, el que más me gustaría hacer es uno a mi interior que siempre deseo pero nunca tengo tiempo suficiente: hacer el Camino de Santiago de un tirón.
Su comida favorita es…
Depende de la temporada y del lugar. Siempre algo fresco del momento y preferiblemente de la zona donde esté. Quizás como producto único, el que me más me ilusiona es la trufa negra.
¿Qué pasión ha descubierto recientemente?
Creo que mis pasiones vienen de lejos y me llenan tanto que de momento no dejan espacio para nuevas. Por ejemplo, me encanta pasear por el campo disfrutando de cada hierba que veo en el camino o cuidar mi jardín viendo como las plantas se van moviendo a través de los años a su voluntad, cambiando las formas. También cultivar el huerto y disfrutar cada tomate que he visto crecer y madurar como si fuera un verdadero tesoro.
¿Cómo vive la emoción de la Naturaleza?
Más que las grandes montañas, mares, cañones, volcanes,…, me emociona esa fina capa que rodea nuestro planeta, el suelo fértil, que en una conjunción perfecta con el clima de cada zona, es capaz de producir cosechas cada año y permitir que podamos alimentarnos. Lamentablemente no somos conscientes de esto y dejamos que la erosión y los cultivos inadecuados lo vayan destruyendo. Es increíble sentir con plenitud las estaciones, especialmente la primavera y el otoño.
¿Qué le pide a un vino?
Cómo mínimo, que haga disfrutar a los que lo toman creando un ambiente propicio para la amistad. Si además hace reflexionar y transmite las sensaciones del paisaje y la añada de la que procede ya cumple su gran objetivo. Si consigue atraparte y enamorarte entonces es un vino enorme.
¿Cuál es su momento y su lugar para tomar un gran vino?
Mi mejor momento es cuando estoy con alguien que también aprecia el vino. Esto me permite disfrutarlo, compartirlo y hablar de él. El lugar es donde haya una buena copa, donde esté a buena temperatura y no haya olores ni ruidos excesivos que se interpongan entre el vino y yo.
¿Qué busca en un aceite de oliva Virgen Extra? 
Como en el vino le pido que transmita el paisaje donde ha nacido. En nuestro caso buscamos que lleve a la mesa la tranquilidad de una isla como Mallorca, llena de sutileza y sensibilidad, de frutas, hierbas y sensaciones. Me gusta que los picantes y amargos sean prácticamente imperceptibles.
¿Dónde le gustaría vivir?
Exactamente en el lugar en el que vivo con mi familia, en el pueblo donde nací, Villamediana, en un viñedo desde donde puedo ver los dos bordes de la gran depresión del Ebro, la Sierra del norte, Cantabria, Codes, Urbasa, la Cordillera Ibérica al sur y los valles de tres de los siete ríos riojanos, con Logroño a los pies.
¿Cuál es su ocupación favorita?
También la que tengo. Me permite vivir en el campo, mirar cada noche las estrellas, disfrutar del ciclo de la viña, sentir un proceso tan apasionante como el de la transformación de la uva en vino, participar en un equipo como el del Grupo Roda y poder compartir nuestros productos con nuestros clientes en los mejores lugares del mundo.
¿Qué rasgo de su carácter le define?
Precisamente tener buen carácter, tranquilo y bastante equilibrado.
¿Cuándo derramó su última lágrima?
Hace unos días en Sóller, en el homenaje de jubilación a un amigo, Pepe Oliver, que ha hecho todo por el aceite mallorquín.
¿Cuál es la cualidad que más valora de las personas?
La sencillez hecha elegancia.
¿Y su principal cualidad?
Ver la vida desde la tranquilidad y el sosiego.
¿Qué es lo que más detesta?
El odio entre el ser humano, que lleva al racismo, a las guerras y al hambre.
¿Y qué le inspira indulgencia?
Casi todo cuando hay arrepentimiento y voluntad de corregirlo. Al menos así me gustaría que me trataran a mí.
¿Cuál es su lema?
Es uno de Plinio El Viejo: “Escuchando el paisaje encontrarás el camino”
