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Granada: «Prohibido» el móvil a la mesa en el Hotel La Bobadilla de Loja

La Bobadilla, a Royal Hideaway Hotel,  situado en Loja (Granada), pretende que el diálogo prevalezca sobre la electrónica invitando a sus huéspedes a conectar sin la distracción del teléfono.

El teléfono se ha convertido en un invitado más a las comidas y cenas familiares. Según el estudio ‘Cómo comen los españoles’ elaborado por el Grupo de Investigación Bienestar y Capital Social de la Universidad de Zaragoza, un 80% de las personas están  pendientes del móvil mientras comen. Hace años el simple gesto de mirarlo de reojo enfurecía a cualquier acompañante, hoy sin embargo ver el teléfono junto a los cubiertos resulta algo habitual tanto en casa como en el restaurante.

Para muchos sacar el móvil a la mesa continúa siendo una falta de respeto, en La Bobadilla es mucho más que eso: “No se trata evitar que se moleste a otros comensales, sino intentar generar un ambiente familiar en el que padre e hijos, parejas y amigos vuelvan a conectar sin la distracción del teléfono, apunta Manuel Quintana Torres, director de La Bobadilla, a Royal Hideaway Hotel. Para conseguirlo, en los restaurantes del hotel se ofrece a todos los comensales la posibilidad de dejar sus teléfonos en la entrada para recuperarlos a la salida, “lo que intentamos es crear un ambiente en el que sea posible disfrutar tanto de la propuesta gastronómica como de la compañía”.

Esta invitación al diálogo puede conocerse a través de una persona que se encarga de comunicarlo en la entrada de cada uno de los restaurantes de La Bobadilla: La Finca, El Cortijo y El Mirador. Sin embargo, son muchos los adictos a la conectividad difíciles de persuadir de los beneficios de prestar más atención a personas de carne y hueso que a la pantalla. “Los más reacios son los grupos de amigos adultos; sin embargo, las familias que vienen con hijos adolescentes ven esta propuesta como una oportunidad de comunicarse con ellos y conocerles mejor”, explica el director.

Además de disfrutar de unas horas de conversación, las personas que eliminan las distracciones digitales de estos momentos sociales, alargan las comidas, consiguen saborear más las mismas y disfrutan más del entorno. “Que se detecte la calidad de nuestra propuesta gastronómica, las vistas y el excelente servicio, es otra de nuestras motivaciones para evitar que nuestros huéspedes estén hiperconectados”, apunta Quintana.

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