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Schweppes y Rodrigo de la Calle, aliados en un singular «gastromaridaje»

La barmaid Nagore Arregui, Mixing Master de Schweppes, ha diseñado una opción de maridaje a base de cócteles de baja graduación para el menú gastronómico de El Invernadero de Rodrigo de la Calle. Sus propuestas, elaboradas con los innovadores y versátiles mixers premium de Schweppes, podrán disfrutarse en el estrella Michelin de la calle Ponzano de Madrid. En la imagen, Rodrigo de la Calle y Nagore Arregui.

Aunque plenamente arraigado en otros países, como Estados Unidos o Reino Unido, comer con cócteles es aún una asignatura pendiente en España. Algo que, sin embargo, parece estar cambiando gracias a iniciativas como la que Schweppes, adalid de la innovación en materia mixológica, presenta. Con el apoyo de su Mixing Master Nagore Arregui, la icónica marca ha diseñado una completa opción de maridaje con cócteles para el menú gastronómico del estrella Michelin Rodrigo de la Calle. Un gastromaridaje que puede disfrutarse por un precio de 30 euros en el restaurante El Invernadero, en Ponzano 85.

Para la barmaid guipuzcoana Nagore Arregui, «el concepto de maridaje tiene que evolucionar del mismo modo que lo han hecho la cocina, la mixología y el modelo de restaurante en general. El maridaje con cócteles es algo muy habitual en otros países y, además de ofrecer una experiencia distinta, permite crear armonías ideales entre el plato y la bebida, ya que cada ingrediente de la mezcla está específicamente escogido para ello. Algo que, por ejemplo, no ocurre con el vino».

Y añade: «para acompañar toda una comida de principio a fin es necesario controlar muy bien la carga alcohólica de los combinados», por lo que, a excepción de un whisky, ha utilizado en su propuesta vinos de Jerez y destilados de baja graduación (como vermú y limoncello) en pequeñas cantidades, dando protagonismo a los mixer premium de Schweppes que están elaborados con ingredientes de origen 100% natural y que son el resultado de un proceso de maceración único que les aporta su inconfundible burbuja (mucho más duradera que ninguna otra) y que se traduce además en una mayor intensidad de aromas y sabores.  

El nuevo maridaje de El Invernadero incluye seis cócteles que están inspirados en los pasos clásicos de una comida (entrante, plato principal y postre) y que han sido diseñados ad hoc para armonizar los distintos platos del menú siguiendo la filosofía culinaria del restaurante. Esto es, basándose en ingredientes vegetales, frescos y naturales, y en el uso de vinagres y fermentados artesanales.

LOS CÓCTELES

Con los snacks de bienvenida se sirve el cóctel Rosa al cuadrado, una mezcla a base de alga nori, vermú rosado, esencia de rosa y Tónica Schweppes & Pimienta Rosa que, al estar concebido como un aperitivo, resalta por su frescura aunque, explica su creadora, «es lo suficientemente potente para contrastar con los sabores de las verduras encurtidas» con las que Rodrigo da comienzo al menú. A continuación llega a la mesa Verde al cuadrado, elaborado con Tónica Schweppes & Té Matcha, sake y un toque de salicornia. Se trata de un trago envolvente y con notas salinas, en línea con el plato de borrajas con plancton de El Invernadero.

Para acompañar el pan de algarrobo con encurtidos (otro de los pasos del menú), Nagore propone Frescor del Sur, un cóctel de shrub de mango, mermelada de jengibre, amontillado y Limón Schweppes & Quinina, un limón absolutamente premium y único en el mercado ya que incorpora quinina en su elaboración. Con este cóctel, cuenta Nagore, «he querido llevar al comensal al apartado de plato principal de un menú tradicional, ya que las notas de madera del vino y la quinina natural del mixer recuerdan a la tierra y a la lumbre del hogar».

Esa calidez está también presente en el siguiente cóctel, bautizado Tepache Original. Lleva un fermentado a base de piña (tepache), Tónica Schweppes & Toque de Lima y vino manzanilla, dando como resultado una bebida que en boca se asemeja a un segundo plato gracias a su extraordinaria riqueza de matices que potencian el sabor umami de la sopa de Buda con royal de hongos de De la Calle.

El plato más sápido del menú, Brócoli con ajo chino, se acompaña de Roble centenario, un cóctel potente en el que la barmaid mezcla Chivas Mizunara (envejecido en barricas de whisky japonés) y Schweppes Ginger Beer & Chile, un innovador mixer de sabor exótico e inesperado, que refresca y sorprende al primer trago gracias a un particular retrogusto de jengibre y al golpe picante del chile. Por último, Nagore propone Mi maceta en flor, un combinado de limoncello y Tónica Schweppes & Hibicus en el que las notas cítricas del licor contrastan con armonía con los aromas florales del hibiscus. Este acompaña a la perfección al postre de chocolate y limón en el que el chef hace un guiño a uno de los helados más emblemáticos de los 80: el Colajet.

Además de los seis cócteles, esta opción de maridaje incluye, en sustitución del agua, Burbuja de la vida, también llamado Tónica aplaudida, que consiste en Tónica Schweppes & Toque de Lima con hojas lima kéfir ‘aplaudidas’ y yuzu. Una propuesta refrescante y chispeante que limpia el paladar entre plato y plato.

 

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