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Colósimo atrae a todos los públicos en el barrio de Salamanca de Madrid

Colósimo (Ortega y Gasset, 67. Madrid. Tel. 91 453 14 25) es el proyecto de dos jóvenes hermanos gaditanos, Ricardo A. y José Manuel Romero. Abierto en febrero de este año, ocupa el lugar de un mítico local de copas del barrio de Salamanca del que mantiene el nombre y está dando mucho que hablar entre todos los públicos. Porque los Romero guisan muy rico y su tortilla de patatas (en la imagen) ya está entre las favoritas de la ciudad. Pero hay otras recetas excelentes.

Ricardo y José Manuel, -Mane para los amigos-, se formaron en la Escuela de Hostelería de Conil y es que trabajando en la sala y en el office de un local de su tierra, les picó el gusanillo y decidieron estudiar cocina mientras seguían en la Venta Alegría. Eso sí, pronto se pusieron en los fogones y fue aquí, en esta casa de comidas, donde se empaparon de tradición, de fondos de mucho chup chup, de materia prima, de sencillez y de sabor. Su trayectoria continuó en reconocidos restaurantes del panorama nacional: Aponiente, El Bohío…

Hasta que hace menos de un año decidieron abrir su propio negocio, Colósimo, desde donde conquistan con Ensaladilla, Croquetas de puchero, Alcachofas guisadas, Verduras con langostinos, Chipirones rellenos, Rape a la marinera, Cochinillo confitado… platos sencillos y ‘conocidos’ pero que al probarlos, lo primero que uno piensa es el gran trabajo que hay detrás y lo bien ejecutados que están. Porque como estos hermanos dicen, “nosotros volvemos al origen de la cocina, a lo de siempre, queremos dar de comer rico”. Se trata de una carta corta, que apetece comerse de principio a fin, literalmente, y es que no llega a los 15 platos, elaborada con el mejor producto de temporada y alguna sugerencia del día. Son recetas perfectas para picar de manera más informal en la zona de barra o para comer tranquilamente, disfrutando de sus fondos a fuego lento, llenos de sabor y tradición. Sea cual sea la opción, que la tortilla -con bien de cebolla, patata agria, huevos camperos, poco cuajada-, no falte en la comanda. A la hora de escoger el postre, el Tocino de cielo, un homenaje a su tierra que te lleva directamente… al cielo y más suave y sutil que otros similares. También merecen atención sus sugerencias, que el personal de sala ‘canta’ al cliente. Para acompañar su propuesta, una carta de vinos, con referencias para todos los gustos.

Sencillez en la cocina y en el espacio, del que además del nombre del local, han mantenido algunos elementos decorativos.

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