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La lubina de acuicultura Aquanaria llega a la alta restauración

Los hermanos Torres apadrinan a los ejemplares de esta especie criados en pleno Atlántico y certificados como libres de anisakis por Aenor.

Las lubinas Aquanaria http://www.aquanaria.com, única empresa europea especializada en la producción de ejemplares de grandes tallas, han roto el maleficio del término acuicultura y entrado en la alta restauración española con todos los honores. Un buen ejemplo de esta conquista ha sido la presentación de los chefs Javier y Sergio Torres como embajadores de estas lubinas en un showcooking que ha contado con la presencia de otros cocineros de la talla de Óscar Calleja, Xabi Goikoetxea, Raúl Cabrera, Carlos Cases, Ana Serra, Antonello Zaccagnino, Germán Espinosa, Raúl Cabrera, Fabiola Lairet, Fernando Sancheschulz, Mauro Ribas, Carlos Allue, y David Portillo.

Para los hermanos Torres, que han explicado por qué eligen la lubina Aquanaria además de elaborar diversos platos con esta especie como protagonista, “es imposible diferenciar una lubina Aquanaria de una lubina salvaje. Tiene finura, sabor, textura y una cantidad de posibilidades extraordinaria, con la ventaja añadida de ser un producto con nombre y apellidos, sostenible y trazable desde su origen. Porque es importante el producto, pero también el productor”.

El respeto al hábitat natural de la especie, en un ecosistema certificado por AENOR como entorno libre de parásitos anisakis, es, junto a una alimentación sana y equilibrada, una de las señas de identidad del método de crianza de Aquanaria. “La lubina es un pez muy exigente en cuanto a calidad del agua y el oxígeno, y en zonas abiertas encontramos el medio ideal para su crianza. Conseguimos de esta manera un pescado de textura firme y una grasa infiltrada que son dos de los factores que más aprecian los chefs”, explica Pedro A. Sánchez, director comercial de la empresa.

Así, son muchos los restaurantes con estrellas y soles: Annua, Etxanobe, Mina, Ola, Oria, Zalacain, y un largo etcétera, los que incluyen la lubina Aquanaria en su carta, muestra de que los cocineros de prestigio se han rendido a la calidad, el sabor y la textura de estos ejemplares criados en las instalaciones de la empresa en alta mar, concretamente en el Océano Atlántico, a dos millas de la costa sur de Gran Canaria, y con una cuidada alimentación de la que se ha eliminado cualquier tipo de subproducto, incluidos los cárnicos, lo que evita retrogustos indeseados.

La ausencia garantizada de anisakis, un parásito que puede provocar alteraciones digestivas o reacciones alérgicas en los consumidores de pescado y cefalópodos, da aún mayor respaldo a la producción de Aquanaria, empresa para la que la seguridad alimentaria es una prioridad al más alto nivel. La firma analiza de forma habitual las lubinas y el medio en el que se crían, lo que garantiza que la presencia de contaminantes esté muy por debajo de lo exigido por la legislación, a lo que se suma el hecho de que la lubina es un pescado con bajo contenido en mercurio como ha especificado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, AESAN, que incide en que se trata de una de las especies más seguras para la población.

 

“Nos esforzamos en ofrecer un producto único y de la mayor calidad a la alta restauración, para lo que esperamos pacientemente cerca de cuatro años a que las lubinas alcancen su peso (a partir de dos kilos) y talla de pesca ideal”, señala Gustavo Larrazábal, presidente de Aquanaria.

 

La distribución de estas lubinas, trazables desde su origen hasta su destino, sobrepasa el mercado nacional. Aquanaria, que controla toda la cadena de producción y comercialización, exporta sus lubinas, siempre frescas, en perfecto estado y cumpliendo con las exigencias y reglamentaciones vigentes, a más de 23 países en los cinco continentes.

 

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