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PACKAGING: Ases de copas

Si hay un sector de la industria alimentaria en el que el diseño ha girado ciento ochenta grados en los últimos años, ese es el de los vinos. Es verdad que, en muchos casos, ha sido para darnos alegrías -a los locos amantes del buen diseño-, pero no es menos cierto, que en otras muchas ocasiones ha sido para enseñarnos cosas disparatadas y sin sentido… En cualquier caso, el buen diseño es siempre bienvenido y, más aún, si sirve como instrumentalizador de la captación de nuevos y jóvenes consumidores que son altamente influenciables por la imagen del producto. En la imagen, packaging de Picnic.

Por Roberto Quiñones

Creo que ya les he contado anteriormente -en algún otro artículo- que hace unos 20 años que me dedico al diseño de imagen para bodegas, destilerías, vinos y bebidas espirituosas. Esto me ha llevado profesionalmente a analizar y estudiar constantemente este sector super-competitivo en el que no se perdonan los errores de imagen. Y, en el que un buen diseño ayuda -sí o sí- a captar la atención de los compradores internacionales en las ferias y a decidir la compra impulsiva en el lineal. En definitiva, un buen diseño ayuda a levantar ventas o a incitar una primera prueba del producto.

Después de todos estos años diseñando etiquetas y marcas de vino, trabajando en equipo con grandes profesionales de marketing, enología, diseño y comunicación, he aprendido que las marcas que mejor funcionan, son las que saben definir con claridad su personalidad y saben convertirse en una proyección del estilo de vida de sus consumidores. Si hablamos de un consumidor experto y fiel, la sobriedad y sencillez a la hora de diseñar una etiqueta es una garantía de supervivencia para vinos de guarda de cierta calidad.

Porque el packaging del vino completa la personalidad del producto y traslada al consumidor un sentimiento de pertenencia y proyección de la imagen propia, que favorece la elección y que lo hacen identificarse con él.

Como siempre, quiero compartir con ustedes una pequeña selección de diseños nacionales que me gustan, me inspiran, me embelesan, y me hacen disfrutar en sus diferentes estilos y categorías. Espero que ilustren bien este modesto análisis.

  • Habla. Este diseño de www.valentiniglesias.com consolidado y admirado a partes iguales, consigue materializar visualmente la máxima de menos es más en el diseño de marca y etiquetas.

 

 

  • Armas de Guerra. Mucho me gusta este proyecto creado por el estudio leonés pabloguerrero.es para la Cooperativa Vinos del Bierzo de Cacabelos. Se trata de una colección de etiquetas muy conceptual que “reivindica el papel de la viticultura tradicional, mostrando las armas de guerra que los viticultores utilizan en su día a día, que no son otros que los aperos de labranza” en palabras del propio estudio.

 

  • Los Confines. El estudio catalán xavierbas.com es el responsable de este delicado diseño con firma que aúna el más clásico de los estilos tipográficos con una composición de diagramación moderna y que hará las delicias del comprador clásico.

 

  • Perfume de Sonsierra. Diseñada originalmente por el diseñador de moda David Delfín, el gran valor de este diseño radica en la utilización de un tipo de botlla radicalmente distinta a lo que estamos acostumbrados a ver y llevando el packaging al código de los perfumes. Lo que los de comunicación denominamos, en términos técnicos,

 

  • Y termino barriendo para casa. Hace poco que en www.frestonia.es (estudio de diseño que dirijo junto a Guillermo Alcaire) hemos entregado los artes finales de www.picnicwine.es y todas las piezas de branding e imagen (web, sales folder, RRSS, etc…). Nunca presento trabajos de cosecha propia, pero creo que es un diseño destacable porque representa bien lo expuesto anteriormente en este artículo.

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