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EL VIAJE DEL GUSTO: León, Ciudad Gastronómica

Ciudad maestra del beber y del vivir, la oferta patrimonial y turística leonesa tiene en la gastronomía uno de sus principales hilos conductores. El paladar se divierte a lo grande con una serie de platos de referencia que parecen condensar la historia culinaria de estas tierras.

Un convite de raíces clásicas debe incluir alardes de tanto gusto como la cecina, los chorizos, las morcillas y otros derivados del cerdo, o bien las clásicas sopas de trucha. Capítulo aparte merecen las carnes, el castizo cocido y distintos manjares procedentes de la exquisita huerta local. Auténtico festín de sabores que se redondea gracias al apartado de postres, surtido de tentaciones golosas que suponen todo un lujo para los sentidos.

Productos avalados por marcas de calidad

En León hay multitud de materia prima excelente con productos reconocidos con Denominación de Origen, Indicación Geográfica Protegida o Marca de Garantía. Es el caso del Botillo, Cecina de Chivo, Cecina de León, Lechazo, Ternera, Mantecadas, Manzana Reineta, Pera Conferencia, Pimientos, Puerro, Tomate, Alubia, Lenteja y Queso de Valdeón.

Los vinos tienen renombre a nivel nacional e internacional, tanto los de la DOP Bierzo como los de la DOP León elaborados estos últimos con las uvas Prieto Picudo y Albarín, variedades autóctonas. Todos ellos han sido valorados en diferentes guías de prestigio y han obtenido altas puntuaciones.

Pasión por el “tapeo”

El corazón de León reside en su gastronomía, en la socialización y el disfrute en cada rincón de la ciudad mediante el “tapeo”, el rey por excelencia, pero sin olvidar ese gran recorrido por toda su restauración con grandes contrastes.

Muchas fiestas de arraigo leonés llevan alrededor un exquisito manjar como San Froilán (morcilla y chorizo a raudales, rosquillas de San Froilán…) Semana Santa (todo aquel que disfrute de la pasión leonesa disfruta del alterne al más puro estilo leonés donde la estrella es la “limonada” realizada con vino y frutas acompañada por las tapas). No hay que olvidar que en los casi 2.000 años de historia que atesora esta tierra siempre ha experimentado las influencias de las diferentes culturas que han estado presentes a lo largo de los siglos.

Pero en León todo convive, desde  la tradición e historia del patrimonio, tanto gastronómico como cultural, a la vanguardia y modernismo de la arquitectura, trasladándose incluso al tratamiento modernista de la mesa leonesa y sus materias primas.

Cocinandos y Pablo

La mezcla de estilos gastronómicos puede apreciarse en cada rincón de León y una prueba de ese buen hacer la constituyen los restaurantes  Cocinandos y Pablo, ambos con su Estrella Michelin, siempre sorprendiendo y reivindicando el producto de la Tierra.

Muchos restaurantes apuestan por una cocina vanguardista e intuitiva, aunque siempre inspirada en la espléndida despensa provincial. Es el caso de propuestas de autor con tanto empaque como el bacalao con alubias de calamar, la soda de naranja con helado y otras muchas creaciones salpimentadas con detalles para los más sibaritas. Tradición y renovación no están reñidas en este tipo de gastronomía contemporánea, de aires refrescantes y creativos, pero muy comprometida con las materias primas locales.

El maridaje entre los extraordinarios vinos y cervezas artesanas de la tierra, y las excelentes creaciones alimenticias que forman parte de la cultura popular leonesa, adquiere categoría de auténtico arte en el Barrio Romántico o el Barrio Húmedo, trufados ambos de bares, mesones y tabernas, sin olvidar al resto de escenarios que conforman la ciudad donde poder encontrar maravillosas creaciones culinarias en formato “bocao”.

El ritual obligado del picoteo abarca desde antológicas tablas de quesos y embutidos hasta memorables pinchos de tortilla, patatas picantes, pulpo, calamares, cazuela de garbanzos y espinacas con bacalao que se sirve con motivo de la Semana Santa, acompañando a la clásica limonada… sin olvidar un largo etcétera de elaboraciones que ponen en valor la rica y variada despensa leonesa.

Llegado el buen tiempo, León se puebla de terrazas abarrotadas de charla y risas. La diversión se prolonga hasta altas horas de la noche, y la amabilidad y el buen hacer constituyen las principales señas de identidad de los distintos templos de diversión pensados para ver y dejarse ver, donde las copas y la música garantizan momentos inolvidables.

Exitosas recetas provinciales

Y, fuera de la capital, la provincia está cargada de sabores difíciles de olvidar. No debemos dejar pasar el Cocido Maragato en Astorga y los pueblos empedrados de La Maragatería, o el sabor de un buen Botillo que jamás se olvida. También esa cecina de chivo menos famosa pero no menos sabrosa en Vegacervera, así como los mercados y ferias de algunos pueblos que nos descubren regalos del paladar en sabrosos quesos de cabra, oveja y mezcla, la  maravillosa castaña que acompaña a las carnes o la diversidad de dulces postres. Es difícil saber con qué quedarse, pues hay tanta calidad y variedad que muchos leoneses de corazón no han descubierto completamente todo lo que su tierra esconde.

 

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