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Ikigai: Cómo comer para vivir 122 años

El Ikigai es un término japonés que significa “la razón de vivir/ser”. Según la cultura japonesa, todos nacemos con un Ikigai, el desafío es  descubrir como dicen los franceses la “razón de ser”, es decir, el Ikigai propio. Curiosamente en la cultura nipona no existe la palabra jubilación, pues no distinguen la sutil línea entre el trabajo y las demás actividades. Interesante propuesta para focalizarnos en el presente y saborear cada momento. En la isla de Okinawa, por cada 100.000 habitantes, 60 son centenarios. Los científicos argumentan que las personas son longevas porque han encontrado sentido y un propósito definido a su vida.

Por Efa Rimoldi

El demógrafo belga Michel Poulain y el médico italiano Gianni Pes descubrieron una población en la región de Barbaglia (Cerdeña, Italia) donde un porcentaje importante de la población superaba los 100 años y lo marcaron con azul en el mapa. En el año 2004, nacen así las denominadas Zonas Azules.

Más tarde, el investigador estadounidense Dan Buettner (National Geographic) se embarcó en un proyecto destinado a identificar otros lugares con altas tasas de longevidad, y descubrió cuatro zonas más: Nicoya (Costa Rica), Okinawa (Japón) , Loma Linda (California) e  Icaria (Grecia)  En total, cinco regiones donde la forma de vida predomina frente a la genética. En España también tenemos nuestra propia Zona Azul, puesto que, en un artículo recientemente publicado por Carlos Manuel Sánchez, se indicaba que  “en Ourense hay 230 personas con 100 o más años, lo que supone una tasa de 75 centenarios por cada 100.000 habitantes”.

¿Dónde está el secreto de la longevidad?

Dan Buettner (https://www.bluezones.com) descubre los nueve puntos (The Power 9) que actúan como denominador común entre las cinco zonas, donde definió que el impacto en la longevidad de la genética es del 20% frente al 80% que corresponde al estilo de vida.  Dato que también confirma la doctora  María Antonia Blasco Marhuenda, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, bióloga española especializada en los telómeros y la telomerasa.

En las Zonas Azules las personas son activas y no padecen las enfermedades crónicas occidentales. Son varios los principios básicos que todas ellas tienen en común, tales como mantener estrechas relaciones familiares y sociales, sus creencias espirituales y desarrollar vidas activas.

En 1900, los habitantes de Okinawa obtenían el 80% de las calorías en su dieta del boniato. En años más recientes la dieta de los mayores se basa todavía principalmente en hidratos de carbono complejos, como la verdura salteada, el boniato, la soja y el tofu. Su máxima es “Hara hachi bu” (come hasta que estés un 80% lleno). Creen que esta costumbre evita que coman en exceso.

El secreto de los habitantes de Icaria es su dieta de estilo mediterráneo, con muchas frutas y verduras, cereales integrales, legumbres y patatas. Esta es la esencia de su alimentación. La carne se consume alrededor de una vez a la semana. Utilizan aceite de oliva para cocinar y beben muchas infusiones de hierbas a diario.

La dieta también de estilo mediterráneo de los habitantes de Cerdeña consiste en legumbres, verduras, frutas y pan integral. Algunas partes de la isla utilizan el aceite de oliva para cocinar y otras el aceite de mastic.

Los habitantes de Nicoya basan su alimentación principalmente en maíz, legumbres, verduras de la huerta y abundantes frutas tropicales (papaya, mango, plátanos…). La mayoría de estos alimentos crecen en sus jardines y alrededores. Las tortas de maíz están presentes en casi todas sus comidas.

En California del Sur (Loma Linda), los Adventistas del Séptimo Día viven a unos 100 kilómetros al este de Los Ángeles. Consumen mayores cantidades de frutas y verduras, legumbres y frutos secos, y menores cantidades de carne y lácteos Los rasgos principales de los hábitos alimenticios son el beber suficiente agua, comer frutos secos como tentempié, cenar ligero y temprano.

Dietas muy similares a la Mediterránea

En todos los casos, la dieta es muy similar a la Dieta Mediterránea Consumen principalmente legumbres y verduras, frutas, cereales integrales y frutos secos, utilizando únicamente pequeñas cantidades de alimentos de origen animal como complemento de sus dietas basadas en alimentos vegetales y también el vino tinto de manera moderada  como parte vital de su alimentación. No comen grandes cantidades, ni se dan atracones. Comen lo suficiente para sentirse bien, pero no se llenan (“Hara hachi bu”). Y como cenan temprano, dejan por lo menos doce horas entre la cena y el desayuno.

Otras claves de los 9 Puntos de Buettner son el buen sexo, las siestas, el buen té, la fuerte influencia religiosa y las prácticas contemplativas, moverse naturalmente, el entorno natural y los buenos amigos. Una combinación vital de factores espirituales, corporales y mentales que funcionan como un elixir invencible.

En resumen, podemos elegir  vivir en el modo “Zona Azul”, en cualquier momento y lugar, definir nuestro Ikigai, practicar rutinas simples para vivir mejor y más tiempo. La longevidad se puede entrenar. ¿Te apuntas al desafío de ser más longevo?

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