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Los colores de la garnacha Navarra conquistan el cielo de Madrid

En el marco de la “Semana de la Verdura de invierno de Navarra” que se está celebrando en Madrid hasta mañana, 7 de octubre (una iniciativa en la que participa el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y Reyno Gourmet) ha tenido lugar la cata de vinos de Denominación de Origen de Navarra titulada “Garnacha en tres colores” en el Hotel Fénix Gran Meliá. La condujo la especialista Ana Laguna (en la imagen).

La cata, conducida por Ana Laguna, divulgadora y promotora de vino y gastronomía  de España, tenía como objetivo dar a conocer la historia y las variedades del vino navarro de uva Garnacha, a través de la selección de seis vinos. Entre los escogidos se probaron los blancos “25 Vendimias” y Unsi “Terrazas Blanco”; el “Señorío de Sarria Rosado”; y tres tintos “La cantera 2018” de Castillo de Monjardín, “La Loma” de Albret y “Aroa Mutiko 2016”.

Ana Laguna pudo explicar que en Navarra nunca ha existido un perfil definido de vino, ni un vino típico claro, sino que se usan las uvas en función de la zona creándose así vinos muy variados, así siempre hay un tipo de vino que encaja a la perfección con cada uno de los posibles alimentos existentes. La llegada de la filoxera obligó a apostar por un tipo de uva y se escogió la garnacha, porque esta uva “no es un tipo de alcohol, sino que es parte de nuestra alimentación en la cultura mediterránea”.

El primer vino de la cata fue el blanco joven del 2018 que recibe su nombre de los 25 años que ha estado la enóloga vendimiando antes de sacar este vino. “25 vendimias” es una garnacha blanca de la que por el momento solo existen 25.500 botellas y cuenta con un olor crítico y afrutado y con un sabor afilado y elegante.

El segundo vino, también blanco, fabricado en la baja montaña y casi sin agua, pretende recuperar la esencia de los vinos de antaño, logrando durar muchos segundos su sabor en la boca. Unsi “Terrazas Blanco” es un vino rico en matices, más grueso y aceitoso, con un regusto acido a melocotón blanco y a anís.

La singularidad de los rosados de Garnacha

Tras los blancos, se unió a la cata el “Señorío de Sarría Rosado”. Como explicó Ana Laguna, los rosados de Garnacha, poco apreciados fuera de Navarra, están elaborados mediante la técnica enológica “rosado de lágrima” o “por sangrado”, necesaria para lograr la Denominación de Origen. Mediante esta técnica la uva no se prensa, sino que se busca la Mosto Flor, una técnica de estrujado de las uvas por gravedad para lograr un vino más fino, suave y afrutado.

Por último, fue el turno de los tintos. “La cantera 2018” de Castillo de Monjardín, “La Loma” de Albret y “Aroa Mutiko 2016”, son tres variedades de garnacha tinta, que no tienen nada en común. El primero de ellos, de 6 meses de barrica, tiene un color rojo rubí intenso y notas de fruta roja que en el paladar cogen un regusto envolvente a madera. Por otro lado, “La Loma” de Albret es un vino muy expresivo y lleno de matices frutales con intensas notas de cerezas maduras. El último vino, “Aroa Mutiko 2016”, ubicado en la zona más alta y fresca de la denominación, tiene un sabor agradable y elegante con una acidez media y con notas de frutos rojos y pimienta. Es un vino muy equilibrado y muy agradable postgusto.

En la cata la experta aseguró que “ya ha pasado la época de tomarlo del tiempo. Una vez el vino se echa en la copa, este sube un grado y ya no se puede volver a enfriar. Es mejor tenerlo un poco más frio y dejar que se temple que acabar bebiendo sopa”.

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