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Cruz de Alba comparte su filosofía en su Campus Biodinámico

El Campus Biodinámico tiene como objetivo dar a conocer las pautas de la viticultura biodinámica que Cruz de Alba desarrolla en sus viñas y compartir el conocimiento y resultados obtenidos durante estos años. Cruz de Alba lleva desde sus inicios implementando prácticas biodinámicas y ecológicas en su único viñedo Finca Los Hoyales, amparado en la D.O. Ribera del Duero.

Cruz de Alba, bodega de Ribera del Duero propiedad de Zamora Company, celebró la semana pasada el Campus Biodinámico de Cruz de Alba, en un marco incomparable: el propio viñedo donde ellos mismos aplican prácticas biodinámicas y para el que, en un futuro cercano, esperan conseguir la certificación biodinámica Deméter. 

El encuentro, organizado en pleno viñedo, tenía como objetivo compartir el conocimiento de la agricultura biodinámica que ellos mismos aplican en su viñedo Finca los Hoyales. Tal y como explica Sergio Ávila, enólogo de Cruz de Alba, “la biodinámica no es solo una forma de agricultura, es una forma de vida”. Esta jornada sirvió para ahondar en la biodinámica, conocer sus patrones, participar en la elaboración de sus preparados, catar sus resultados en diferentes vinos del mundo, además de ayudar a eliminar ciertos mitos.

La importancia de la vida del suelo en la biodinámica

Julián Arroyo, formador y asesor de agricultura biodinámica, junto con Sergio Ávila, fueron los encargados de guiar la masterclass con la que se inició la jornada. “La base de la biodinámica es que el suelo esté vivo”, explicaba Julio, y continuaba “es una forma de organizar la vida dentro de la viña”. Así, esta forma de agricultura, fundada por Rudolf Steiner a principios del siglo XX, es un enfoque holístico de la agricultura donde la viña, en este caso, es considerada como un organismo donde plantas, animales y seres humanos están conjuntamente integrados.

Por eso es tan importante conocer los ritmos de la naturaleza, no solo a nivel micro, sino a nivel macro. De ahí la importancia para la biodinámica de lo que ocurre en el cosmos, pues sus efectos se reflejan en la tierra, empezando por el día y la noche, provocado por la rotación y la traslación de la Tierra alrededor del sol; la influencia de la luna, en función de su posición; y, en consecuencia, la localización del resto de planetas y constelaciones, para la realización de ciertas tareas en el viñedo, desde la poda, a la aplicación de tratamientos, o preparados (como se les denomina). En este punto, matizaba Julio: “los calendarios biodinámicos se basan en la astronomía, no en la astrología”.

Por otro lado, este tipo de agricultura evita el uso de pesticidas u otros productos químicos, aportando solo ingredientes naturales como la manzanilla, la ortiga, el diente de león, la valeriana, el sílice o el estiércol de vaca, entre otros. “En biodinámica, se trata de dotar al viñedo de herramientas para que trabaje, siendo tutores del viñedo, sin doblegarlo, para que se autorregule y logre una mayor estabilidad” explicaba Sergio. En el taller que siguió a la masterclass introductoria se explicaron las diversas elaboraciones de los preparados biodinámicos que se utilizan, entre ellos, uno de los más llamativos, el preparado 500, en el que se utiliza un cuerno de vaca relleno de estiércol, para, una vez ha madurado bajo tierra, aplicar al cultivo para fomentar la activación de la vida del suelo.

Otro de los preparados es el de Maria Thun, que los asistentes pudieron ayudar a dinamizar (nombre que recibe la aplicación de energía en estos compuestos) y aplicar en los propios viñedos de Finca Los Hoyales. Elaborado con agua, estiércol de vaca, cáscara de huevo y basalto, se utiliza para aumentar la fertilidad del suelo y contrarrestar las impurezas que pueda tener.

Conocimiento intelectual

Para poder desarrollar este tipo de agricultura, explicaba Julio, hay que trabajar con el conocimiento intelectual, tener una percepción de lo que se está haciendo y voluntad de entrar en acción: “estamos dando a la tierra, para recibir”.

Al final, el resultado de esta forma de trabajar la viña es que el vino pueda expresar la identidad del lugar, sin maquillajes ni artificios. “Lo importante es expresar la identidad específica de cada lugar, la esencia y personalidad del sitio” afirmaba Sergio. Esta parte se pudo comprobar a través de una cata de vinos internacionales, de Francia, Nueva Zelanda y España, donde también se encontraba la nueva añada de Finca Los Hoyales.

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