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Madrid: Cícero abre su elegante bar

Este señorial comedor de Lagasca 48, consagrado a las brasas y al producto acaba de inaugurar Cícero Bar, un amplio salón con barra en el que, de jueves a sábado, hay sesiones de DJ para crear un ambiente animado pero sin barullo. Fabio Bello, el bartender, apuesta por una coctelería clásica e infalible, con revisiones de tragos emblemáticos y una selección amplia de tequilas y mezcales selectos. Este nuevo espacio puede alquilarse al completo para eventos privados.

Para calentar motores antes de disfrutar de sus excelentes brasas. O para el aperitivo, la sobremesa y el tardeo, esos momentos gastronómicos tan en boga. Y, claro está, para disfrutar de la noche en un ambiente sofisticado y elegante. Todo esto, y más, se encuentra en el Bar Cícero, el nuevo espacio de este joven y exitoso restaurante del barrio de Salamanca, que se ha convertido en un imprescindible de las brasas, del producto de calidad y de un servicio atento y puntual. El bar pilota en torno a una cuidada oferta de cócteles y vinos por copas, Estrella Galicia Cerveza de Bodega y una carta de picoteo en horario continuado. De jueves a sábado, desde las 21.00 h un DJ se encargará de ponerle ambiente a este local tan polivalente, que dispone de un área de mesas bajas, una sala principal con mesas bajas y sillón corrido y su bonita barra principal. El local puede reservarse, al completo, para eventos.

Fabio Bello, su bartender, es el creador de la carta de cócteles, de alma clásica, en la que desfilan margaritas, Palomas y carajillos mexicanos —de chocolate, mazapán y tradicional— junto a imprescindibles como el Negroni, el mojito —Fabio aprendió a hacerlo en la habanera Bodeguita del Medio— o el Aperol Spritz. También cuenta con un capítulo de cócteles de siempre revisados, en los que sus destilados canónicos han sido sustituidos por los mejores tequilas y mezcales del mercado. Así, nos encontramos La Mula —su reinterpretación del Moscow Mule con tequila Tradicional Reposado—; el Pasado de Moda —un Old Fashioned con mezcal 400 Conejos— o el Cícero Bloody Mary, a base de tequila 1800. Cícero y Cícero Bar son la flagshipstore de Tequila Reserva De La Familia de José Cuervo, así que también son el lugar perfecto para saborear en solitario sus mejores destilados mexicanos —1800 Cristalino, 1800 Tradicional, Centenario y Maestro Tequilero— y mezcales como 400 Conejos y Creyente. Se cuidan todos los detalles al milímetro para conseguir el perfect serve: en lugar de sal de gusano para degustar los mezcales, Bello elabora un aderezo con cítricos, sal y especias, menos picante que el tradicional tajín.

Vinos, buena cerveza y platillos para compartir

El vino también tiene relevancia en este bar; no en vano, uno de los socios es Miguel Ángel Cooley, socio y presidente de la Asociación de Sommeliers Mexicanos. Al igual que en el restaurante, son vinos versátiles y para todos los gustos, mayoritariamente españoles, aunque con guiños a otros productores insignes como Alemania, Italia y, sobre todo, Francia, de donde proceden sus champagnes de Drappier y Lallier. A través de una amplia selección de tintos, blancos, rosados y espumosos, se propone un recurrido por las denominaciones más conocidas a través de grandes bodegas —Pago de Carraovejas, Muga, Marqués de Murrieta o CVNE— y de otros proyectos más pequeños y de corte independiente. Varios se pueden pedir por copas. Los amantes de la espuma y el grifo disfrutarán del contenido de dos enormes tanques de 500 l de Estrella Galicia Cerveza de Bodega, sin pasteurizar, con un peculiar e intenso sabor.

En Cícero Bar también hay una pequeña carta gastronómica, que irá evolucionando, con bocados especialmente pensados para compartir y disfrutar de su cocina de manera desenfadada. Se puede pedir su ensaladilla de atún rojo con huevo en puntilla, el carpaccio de vaca vieja y trufa, el tataki de atún rojo, croquetas del día o exquisiteces concebidas al calor de las brasas, como los tacos de la casa —de gamba, rib eye o cochinillo—, así como las brochetas de secreto ibérico y gamba.

El diseño del espacio ha corrido a cargo de Luis Felipe Castro, socio y arquitecto, quien ha optado por trasladar la elegancia del comedor en su nuevo bar a través de colores neutros, estampados coloridos en contraste y materiales nobles. Llaman la atención los frisos y capiteles de inspiración romana que decoran las paredes, elaborados en la Academia de San Fernando de Madrid expresamente para el establecimiento.

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