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Golosinas y croquetas también se apuntan a la moda gourmet

La filosofía gourmet invita a probar los productos más deliciosos de la cocina contemporánea. A la variedad conocida, se van sumando alimentos como croquetas, patatas fritas o golosinas que amplían el abanico de exquisitas ofertas para degustar. La constante reinvención de este tipo de cocina obliga a sus autores a encontrar reclamos que ofrezcan los mejores sabores, texturas y calidades para no defraudar nunca a los paladares más exigentes ni a los que se atrevan a conquistar nuevos placeres culinarios.

Desde un Ferran Adrià a unos cacahuetes o unas croquetas premium o desde el plato más moderno hasta la delicatesen tradicional, los manjares son ofrecidos en tentadores envases y engalanados estuches para hacer aún más atractivo el producto. Además, la experiencia de los cocineros resulta un requisito indispensable para que la comida pueda ser saboreada por un público afín al concepto gastronómico. Comidas de todo el mundo, desde aperitivos hasta postres, tienen la denominación gourmet y, aunque los precios varíen según la marca y el lugar de origen, todas comparten el éxito de tener la etiqueta de la distinción.

Para que un alimento obtenga la máxima condecoración culinaria y pueda llevar la calificación de gourmet son determinantes los ingredientes utilizados en su elaboración, que han de ser delicadamente seleccionados. La forma de  preparación y exhibición de los mismos también es importante para las personas que los busquen en un restaurante o los compren directamente en la tienda u online, como las golosinas Yummeat, pioneras en nuestro país con su 0%, invitando a “disfrutar de una experiencia desde el envoltorio hasta el sabor”, afirma Juan Perteguer, socio fundador de la marca.

Las conservas La Cuna, los arroces Just Married o el caviar Nacarii destacan en este mercado en el que los alimentos más selectos tienen la responsabilidad de satisfacer a los comensales. Pero la exquisitez no tiene que estar ligada al lujo ni alejada de los adjetivos caseros o populares. Por ejemplo, el sabor tradicional puede estar contenido en la gastronomía de alta alcurnia, adquiriendo un valor novedoso en su cata y convirtiéndolo en un instante especial y único. Dedicar un tiempo y unos ingredientes óptimos para que la preparación resulte exitosa asegura que el momento de su consumición equivalga a un momento lleno de placer y disfrute. Yummeat es un buen ejemplo de ello ya que su 0% nos libera de preocupaciones y hacen que se conviertan en una experiencia acorde a un estilo de vida equilibrado y libre de grasas y azúcares. “Nuestras golosinas sin azúcar son un dulce sin remordimiento y estamos convencidos de que, a nivel de sabor y textura, nuestro producto es de los mejores”, señala Perteguer.

El diseño también forma parte de esta categoría del arte culinario, pues una buena presentación otorga muchos puntos. En este sentido, Yummeat ha revolucionado el mercado de los dulces en España y tiene un packaging chic especialmente diseñado que consiste en unos prácticos tarros con tapa de aluminio que facilitan su consumo en cualquier lugar y que permiten abrir y cerrar el bote tantas veces como se quiera, sin que las golosinas se queden duras o pierdan la frescura.

Las variadas opciones que nos ofrecen los alimentos clasificados como gourmet abren la puerta a toda una experiencia gastronómica con la que, quizás, empezar a disfrutar o que atreverse a seguir consumiendo, bajo la confianza del bienestar y de las mejores propuestas de renombrados chefs, en su esfuerzo por acercar su arte a cualquier tipo de público o por adaptarse a los gustos actuales.

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