Cinco años defendiendo la cocina tradicional en pleno centro de Madrid. Una casa de comidas donde guisos, escabeches y brasas rinden homenaje a la memoria gastronómica. El restaurante comienza una nueva etapa con un espacio renovado y una bodega más sólida. En la imagen, sus callos a la madrileña, con pata, morro y cecina muy curada.
Casa Mortero, la casa de comidas de Pedro Gallego y Carmen Pereda en pleno centro de Madrid (C. de Zorrilla, 9), cumple cinco años y lo celebra durante estos días. Lo hace fiel a su filosofía de cocinar como en casa, con una celebración especial y novedades que marcan el inicio de una nueva etapa.
Tras un lustro consolidándose como referencia de la cocina tradicional en la capital, el restaurante estrena una reforma del local que permite ampliar el número de comensales, ofreciendo más comodidad a los clientes con la retirada de las mesas altas y más desahogo al equipo renovando sus zonas de trabajo. A la entrada ahora, podemos encontrar una pequeña barra informal que funcionará sin reservas. Una apuesta que refuerza la idea de Casa Mortero como un espacio acogedor, pensado para disfrutar como en el pueblo sin salir de Madrid.
Algo muy visible de esta reforma es la incorporación de una cava de vinos, que permite decir sin decirlo que aquí se viene a beber vino y a comer. No hace falta un gran discurso: la cava, ubicada en sala y a la vista de todos (complementada con otras en la parte trasera), habla por sí sola. Es la forma humilde y directa de Casa Mortero de transmitir las cosas, evitando el exceso de palabras y confiando en que el espacio comunique por sí mismo. Y aunque lo más visible es la cava, lo esencial es que Casa Mortero refuerza su bodega, duplicando el número de referencias hasta llegar a 200. La carta combina etiquetas nacionales e internacionales, pensadas para acompañar los platos de la cocina.
Casa Mortero abrió sus puertas en septiembre de 2020 con un objetivo claro: recuperar la esencia de las casas de comidas de siempre, esas en las que los guisos, las brasas y los escabeches eran protagonistas. Desde entonces, su cocina se ha mantenido fiel al recetario tradicional, reinterpretado con honestidad y con el tiempo que cada plato necesita.
Pedro Gallego, cocinero con más de 15 años de experiencia junto a referentes como Javi Goya, Alberto Chicote o Gordon Ramsay, y Carmen Pereda, diseñadora estratégica experta en innovación y comunicación, han creado un proyecto coherente que es a la vez restaurante, negocio sostenible y propuesta cultural. En cinco años, han pasado de un equipo inicial de seis personas a una estructura consolidada de diecinueve, que les ha permitido crecer sin perder la calidad ni la cercanía.
La cocina de Casa Mortero se basa en el recetario tradicional y en técnicas de siempre como los guisos, escabeches y brasas. Una propuesta que reconforta y que conecta con la memoria gustativa de generaciones pasadas. Entre sus platos más celebrados destacan el torrezno, la ensaladilla con atún rojo y piparra, los mejillones en escabeche, los callos a la madrileña con pata, morro y cecina muy curada, las albóndigas de vaca, el arroz de pato con espárragos trigueros y torta del Casar, o el pixín a la brasa. En los postres, el flan de leche tostada al aceite de oliva Virgen Extra y la tarta de queso cremosa con helado de toffee son ya clásicos de la casa.
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