Tito, asturiano de Pola de Allande, empezó su andadura en la hostelería en un hotel en Tineo. Con 21 años se muda a Madrid y comienza a trabajar en Urumea, primero como empleado y luego como propietario. Tito busca, a través de su cocina casera y cuidada, conseguir el placer del cliente. Su secreto, no estropear el magnífico género que le suministran sus proveedores.
Junto al Cachopo Metro, en su cocina asturiana no faltan los platos de cuchara, la buena carne y el buen pescado. Algunos de sus productos estrella son la falda de ternera al horno, la merluza a la sidra o la fabada, algo aligerada (con fabes de las de verdad, es muy delicada y todo el Compango viene directamente de Asturias. “La hacemos más ligera para que puedas seguir trabajando o para que te pidas un segundo”). Como entrantes, tomate de Navarra, ensaladilla rusa o croquetas caseras. El jueves tienen cocido de puchero y todos los días, unos sabrosos callos. Y a la hora de postre, arroz con leche, hojaldres y un requesón con miel adictivo.
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