La empresa, que ya venía aplicando durante las últimas campañas modificaciones en la operativa del arte para adaptarse a la circunstancia de la sobreabundancia de atún rojo en el mar, ha decidido este año unificarlas y, junto al uso de nuevas tecnologías, ha creado el primer protocolo de pesca de atún rojo que, a su juicio, y así se lo quiere transmitir al Gobierno, puede convertirse en un manual de buenas prácticas en esta pesquería.
Según Juan José Navarro, director adjunto de Balfegó, “la sobreabundancia de atún rojo en el mar se está empezando a convertir en un reto a la hora de pescar la cuota asignada, dadas las grandes cantidades de ejemplares que pueden agruparse en un sólo banco. Mientras no se adecuen las cuotas a la realidad de esta especie –apunta Serrano–, creemos que es necesario blindar la seguridad de los pescadores encargados de las maniobras de pesca y, además, garantizar la calidad del producto minimizando el estrés de los ejemplares durante las operaciones de cerco y transbordo”.
En este sentido, Balfegó vuelve a solicitar que se adecue la normativa de la pesquería del atún rojo a la evolución experimentada por esta especie que, por su volumen y cantidad de ejemplares, “nada tiene que ver” con su situación de hace años. Así, y según Balfegó, además de haber razones más que suficientes para poder revisar las cuotas de pesca, una solución inmediata podría ser el adelanto de la campaña una o dos semanas lo que garantizaría la presencia de menos ejemplares y facilitaría las labores de pesca.
Protocolo de cuatro puntos
El protocolo aplicado por Balfegó durante esta campaña de pesca contempla cuatro puntos fundamentales: verificar que no se realizan lances a bancos de atún rojo que supere los 2.000 ejemplares; la no realización de más de tres lances diarios por el conjunto de barcos cerqueros, el aseguramiento de la disponibilidad de barcos auxiliares suficientes (un mínimo de 6 o siete unidades) para apoyar las maniobras y, como cuarto punto, sólo realizar operaciones si se puede garantizar la existencia de barcos remolcadores cercanos que eviten que los ejemplares queden atrapados durante más de un día en alta mar.
Según Navarro, “de nuevo ahondamos en nuestro compromiso con el mercado garantizando a nuestros clientes y a los consumidores de nuestro producto unas practicas pesqueras sostenibles. El compromiso de Balfegó con la calidad esta presente en su ADN desde sus orígenes –añade Navarro–, y una vez más innovamos en este mercado para asegurarla”.
Además del protocolo puesto en marcha este año, la empresa ha abordado durante esta campaña la digitalización y automatización de todas las transmisiones entre los barcos de la flota –ocho barcos cerqueros, dieciséis remolcadores y cinco embarcaciones auxiliares–, lo que ha permitido optimizar y agilizar, tanto el registro de las capturas como la custodia de la documentación y las comunicaciones. De hecho, esta campaña la compañía ha conseguido la validación de todos los documentos que certifican la gestión de sus capturas.
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