Reportajes

Aquanaria: Del Atlántico a la Alta Gastronomía

Gran talla, textura melosa e intenso sabor. Estas son las tres características diferenciadoras que hacen de la lubina Aquanaria (www.aquanaria.com) la  lubina de los chefs. Lubinas XXL de entre 2 y 4 kg de peso ideales para el mercado gourmet que ya triunfan en países de los 5 continentes.

Texto y fotos: Aquanaria

Criadas durante al menos 36 meses en las aguas bravas del Atlántico, las lubinas Aquanaria ofrecen las características ideales para cualquier tipo de preparación, para cualquier tipo de receta de Alta Gastronomía: a la brasa, al horno, frita, en papillote, a la cazuela, a la sal, en sashimi o cruda, en ceviche, estofada…De hecho, la Gran Lubina Atlántica ya es demandada por los mejores cocineros, ya sean de cocina tradicional o cocinas más sofisticadas.

 

El océano Atlántico como aliado

 

Las costas atlánticas de Gran Canaria son el entorno perfecto para la crianza de la Gran Lubina Atlántica, ya que ofrecen las condiciones óptimas para la cría, con sus fuertes corrientes y una temperatura idónea y constante.

         Las lubinas Aquanaria viven a dos millas de la costa sur de Gran Canaria, nadando y luchando contra las corrientes hasta adquirir el nivel de grasa y textura óptimos que las convierte en un producto de alta gama.

El respeto al hábitat natural de la especie es una de las señas de identidad del método de crianza de Aquanaria. La distancia de la costa evita los contaminantes de la tierra y permite un aislamiento idóneo en un entorno certificado como libre de parásitos anisakis.

Un cuidado proceso de crianza, una alimentación sana y equilibrada y un sistema de pesca que intenta generar el menor estrés posible al animal para cuidar la calidad del producto y potenciar su frescura y degustación final son las claves de la calidad de la lubina Aquanaria.

De Canarias a todo el mundo

Con más de cuatro décadas de exclusiva dedicación, Aquanaria ha conseguido llevar la cría de la lubina a su máximo perfeccionamiento y se ha posicionado como el primer productor de piezas enfocadas a la Alta Gastronomía.

La compañía española exporta cerca del 60% de su producción a países de los cinco continentes. En un plazo de 48 horas, la lubina de Aquanaria llega perfecta a EEUU, Kuwait, Corea o a las manos de los mejores chefs de Europa.

Pescadas siempre bajo demanda y con capacidad para servirlas frescas o congeladas en cualquier parte del mundo y en cualquier momento del año, las lubinas Aquanaria están ya en las mejores mesas.

La empresa    

         La historia de Aquanaria está íntimamente ligada a la de su consejero delegado, Gustavo Larrazábal, un incansable emprendedor que se introdujo hace más de cuatro décadas en el sector de la acuicultura con un solo objetivo: lograr la cría de lubinas de gran talla, con una excepcional calidad gastronómica.

Los valores de Aquanaria se concentran, por un lado, en conseguir los productos más saludables, nutritivos y sabrosos bajo una política de responsabilidad con el medioambiente y seguridad alimentaria y, por otro, en confiar en las personas como piezas clave para hacerlo posible. “Creemos en las personas comprometidas e ilusionadas capaces de formar un equipo innovador y visionario”.

 

La lubina de los chefs   

La última edición de Madrid Fusión fue el escenario perfecto para mostrar las cualidades de la lubina Aquanaria para la alta gastronomía.  Julián Mármol (Yugo The Bunker, Madrid) y Enrique Valenti (Marea Alta, Barcelona) mostraron en un interesante showcooking  dos formas de entender la Gran Lubina Atlántica, dos formas diferentes de sacarle el máximo partido a un producto de alta gama.

Dos chefs con diversa tipología de restaurante pero el mismo cariño  por la materia prima mostrando en vivo y en directo las cualidades de la lubina XXL para recetas gourmet.

Julián Mármol preparó un tartar de lubina con pilpil marino y su propio colágeno,  una receta para la que “la textura e infiltración de la lubina Aquanaria son perfectas”. Además, resaltó su sabor natural, “que permite elaborar recetas de altísimo nivel”.

Por su parte, Enrique Valentí preparó una lubina inspirada en un pato de Pekín, lacada con un mar y montaña de rostit de pollo a la que ha bautizado como “Catalan Hoisin. Para Valentí, “la lubina Aquanaria es perfecta para las técnicas y cocciones desarrolladas en esta receta por su proporción de grasa”. El chef la definió como “un producto de calidad, sostenible y que se anticipa al futuro de la pesca en el mar”.

 

Redacción

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