Restaurantes

Mi Kitxen: Sorprendente y sabrosa cocina cosmopolita en el centro de Madrid

Ni la calle ni la primera impresión del local parecen invitar a un gran festín gastronómico, pero Mi Kitxen (Hartzenbusch, 8. Tfno. 91 827 75 14. contacto@mikitxen.com), muy cerca de la Glorieta de Bilbao, en Madrid, sorprende por un escenario reducido pero amable y, sobre todo, por una propuesta de cocina cosmopolita, construida a partir de la «street food» de muchos lugares del mundo por los que han viajado sus creadores y, que en conjunto, destaca por la potencia del sabor de las principales recetas.

Por ejemplo, del excelente «Nasi Goreng» (un estupendo arroz de origen malayo e indonesio, que lleva pollo, langostinos y verduritas, se corona con un huevo frito y en boca resulta sabroso al máximo).

Yy también del más conocido «Pad Thai», emblema de la cocina tailandesa y que se construye con los cuatro sabores conocidos, umami aparte, el salado, el dulce, el picante y el ácido. Puede ser de pollo o de langostinos y siempre sobresale por su complejidad.

Tampoco falla un fresquísimo ceviche (Perú) ni el hummus (Oriente Medio), ni la ensalada César ni el guacamole de langostinos mexicanos, ni las Gyozas japonesas ni la Picada de los Cerros, un plato de carne a la plancha de origen colombiano. Y hay también varias hamburguesas, entre ellas la única presencia nacional en el menú de Mi Kitxen, la «Hamburguesa La Nuestra», a base de 200 gramos de carne de cebón, queso Filadelfia, mermelada de cebolla y tomatito.   

Mucho más nacional es la carta de vinos, expuesta originalmente en botella, con presencia de Cavas, vinos de Rueda, Rias Baixas, Catalunya, Valdeorras, Rioja, Ribera del Duero, Navarra y Madrid, solo completada con dos referencias francesas, un Champagne y un blanco Côtes du Rhône.

Pero el cosmopolitismo está en cada uno de los platos, de origen asiático, norte y suramericano, africano o de otros escenarios de Europa. Todo un viaje gastronómico sin salir de un modesto comedor de Madrid, a cuatro pasos de Malasaña. 
Ah y para quienes les despierte curiosidad el nombre, lo explican muy bien en unos cuadros a la entrada: «Mi» les lleva a los viajes, «kit» a conjunto de instrumentos para realizar una función, y «txen«, a la un ser mitológico mapuche lleno de energía y generoso en productos. En suma, Mi Kitxen, una cocina con sentido y con fuerza, además a precios extraordinariamente razonables. Llevan ya un par de años de trayectoria creciente, tienen menú a mediodía y, como nos explica Raúl Rojo, uno de los socios del proyecto, pronto van a tener que abrir también los domingos por petición popular.

Redacción

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