Existen varias formas de macerar las fresas, pero las que te contamos a continuación son las más utilizadas y las que consiguen sacar el mayor partido a esta fruta. Sea cual sea la sustancia que utilices, trocea las fresas a tu gusto y colócalas sobre un recipiente. Las puedes dejar enteras, pero a trozos absorberán mejor el sabor.
Cuando las fresas estén reposando en su baño particular, puedes añadir algún otro ingrediente que consideres que puede otorgarle un sabor distintivo y, por supuesto, siempre a tu gusto. Por ejemplo, puedes agregar unas ramitas de vainilla, menta, canela o un chorro de miel.
Una vez que ya has obtenido la mezcla, déjala reposar a temperatura ambiente cubriéndola con un papel film. Cuanto mayor sea el tiempo que las dejemos reposar, mayor será la cantidad de líquido que suelten, que será como un almíbar con un intenso sabor a fresas. No obstante, en 30 minutos ya se pueden apreciar los nuevos sabores, pero para disfrutarlos en plenitud, espera unas 24 horas.
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