Llegó al mundo en 2011, aunque hubo vinos experimentales desde 1998, y la primera añada no dejó a nadie indiferente. Ángel Anocíbar, viticultor y enólogo, quien desde 1996 defiende la filosofía de la bodega en torno a los vinos que expresan el terruño, mostró especial empeño por explorar las posibilidades de las variedades blancas en un terruño tradicionalmente productor de tintos.
Desde entonces y ocho años después, este blanco de altitud, del valle Duero, de ahí su singularidad, no ha dejado de cautivar por su excelencia y ganar, añada tras añada, más y más incondicionales. Sin duda, mereció la pena asumir el riesgo.
Sorprendente es el adjetivo que se ajusta a LeDomaine. También inesperado y 100% original. No existe otro blanco parecido. El que llega ahora al mercado es de joven apariencia, casi pálido.
Hace gala de aromas de fruta fresca de entrada, manzana granny-smith, pomelo con suaves toques florales y herbáceos de hinojo, anís estrellado, flor de acacia, azahar… para dar paso a fruta blanca madura e intensa, como pera, melón y nectarina.
No es un vino simple, todo lo contrario. En boca sorprende por su untuosidad y carga aromática, su elegancia y su refrescante y largo final. Sin olvidar toda la elegancia que ya tiene y que se desarrollará durante los próximos años, en botella alcanzará su máxima expresión.
Miguel Ángel García, sumiller de Abadía Retuerta LeDomaine, apunta que “en su juventud se muestra refrescante, afrutado con notas tropicales y cítricas, y con un paso por boca muy amplio y meloso. Dentro de un tiempo se trasformará en un blanco que, aunque seguirá manteniendo notas afrutadas tropicales, integrará esta melosidad dentro de su abanico de aromas y sabores confiriéndole un carácter mantequilloso con recuerdos de repostería y bollería. Es muy gastronómico y armoniza perfectamente con gran variedad de platos: mariscos, pescados y carnes blancas”.
LeDomaine 2018 representa perfectamente una añada que comenzó fría y terminó con mucho sol y una franca maduración. En resumidas cuentas, fue un ciclo de la vid largo que hizo que la añada demostrara una madurez equilibrada y que se pudieran obtener 80 barricas. Sigue siendo, sin duda, una producción limitada que multiplica el carácter de ‘rara perla’ de este gran blanco.
PVP: 33 euros
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