Según el Eurobarómetro, un 55 % de los encuestados en España considera que la seguridad alimentaria ha aumentado en la última década. “Proporcionar alimentos de buena calidad, sanos, seguros y sostenibles” es una de las principales responsabilidades que los europeos atribuyen a los agricultores. El Modelo Europeo de Producción (MEP) es uno de los más exigentes del mundo y garantiza la calidad y seguridad de los alimentos que llegan a los hogares europeos.
La seguridad alimentaria es una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos europeos. Así lo demuestra el reciente Eurobarómetro especial 556 sobre “Los europeos, la agricultura y la PAC”, que recoge que un 55 % de los encuestados en España considera que la seguridad alimentaria ha aumentado en la última década, muy por encima del promedio europeo (38 %). Esta percepción positiva no es casual, sino el reflejo del compromiso del sector agroalimentario europeo y del español con la calidad y la trazabilidad.
Un ejemplo de este compromiso es el modelo de producción aplicado a la cadena del huevo europeo (MEP), un conjunto de normas que garantizan la máxima seguridad alimentaria, el bienestar y la sanidad animal, además de promover la sostenibilidad de la producción y el respeto al medio ambiente. Los huevos que adquieren los consumidores europeos siguen un estricto control “de la granja a la mesa” que garantiza que son un alimento fresco, sano y seguro.
Para garantizar la seguridad alimentaria, cada granja avícola de la UE cuenta con la supervisión de un veterinario responsable, que define y aplica planes sanitarios adaptados para asegurar el bienestar animal y la calidad del producto final. Entre otros, los programas europeos de vigilancia y control de enfermedades como la salmonela y la influenza aviar en las granjas de ponedoras, que incluyen protocolos sanitarios para proteger tanto a los animales como a las personas.
La prevención de enfermedades es clave en las granjas de gallinas ponedoras, tanto para su bienestar como para proteger al consumidor. Las gallinas sanas ponen huevos seguros y saludables.
Este enfoque preventivo se refuerza con la aplicación del sistema de Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC) en la clasificación y procesado del huevo. Y las autoridades competentes controlan periódicamente el cumplimiento de las normas de higiene en granjas, centros de embalaje e industrias de ovoproductos.
Los resultados del Eurobarómetro también reflejan que “proporcionar alimentos de buena calidad, sanos, seguros y sostenibles” es una de las principales responsabilidades que los europeos atribuyen a los agricultores (47 % en la UE y 48 % en España). Esta expectativa encuentra respuesta en sectores como el del huevo, que apuestan por prácticas responsables, sostenibles y con trazabilidad garantizada.
Mar Fernández, directora adjunta de Inprovo, afirma que “el modelo de producción del huevo en la Unión Europea es uno de los más exigentes del mundo. Garantizar la seguridad alimentaria es uno de los pilares que lo convierten en un modelo de referencia dentro del sistema agroalimentario mundial, e implica que el sector trabaja cada día para que se cumpla en cada eslabón de la cadena.
Los veterinarios, los productores y los responsables de control de calidad son profesionales formados y responsables de aplicar en las granjas, los centros de embalaje y las industrias de ovoproductos los elevados estándares de la UE para proteger la sanidad y el bienestar animal y la seguridad alimentaria”
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