El restaurante EMi, el esperado proyecto del chef Rubén Hernández Mosquero, desvela una de sus grandes sorpresas: Miguel Ángel Millán, considerado uno de los sumilleres más influyentes del panorama internacional, será el responsable de la propuesta líquida del restaurante, que tendrá su sede, a partir de junio, en la calle Gaztambide 64. Madrid.
Una alianza de dos talentos creativos que comparten una misma visión: emocionar desde la excelencia. Millán, ex sumiller de DiverXO y galardonado con el 50 Best Beronia World’s Best Sommelier Award 2023, se incorpora al equipo del Restaurante EMi con el objetivo de construir una bodega que esté a la altura de una propuesta gastronómica única, y con la que comparte sensibilidad, exigencia y espíritu creativo.
“Cuando Rubén me habló del proyecto, supe que era algo especial. No tenía claro si volver a un restaurante… pero EMi me enamoró. Me ofrecía la libertad y la coherencia necesarias para desarrollar una propuesta líquida con profundidad, emoción y carácter”, explica Millán.
La propuesta que Miguel Ángel Millán ha diseñado para EMi nace como una narrativa paralela al menú degustación, pensada no solo para acompañar los platos de Rubén Mosquero, sino para dialogar con ellos desde el lenguaje del vino y la emoción. Una bodega viva, en constante evolución, que arrancará con múltiples referencias cuidadosamente seleccionadas y clasificadas por origen geográfico.
La carta combina grandes etiquetas icónicas, añadas históricas y bodegas míticas, con pequeños productores de culto y rarezas únicas, y es un reflejo del enfoque personal de Millán: un equilibrio entre tradición y vanguardia, entre vinos con historia y otros con una mirada diferente al territorio.
El maridaje, lejos de ser una fórmula cerrada, es una coreografía en constante movimiento, con armonías clásicas, apuestas conceptuales y sorpresas que se adaptarán a la personalidad de cada cliente. “Queremos que cada experiencia sea irrepetible. Abriremos botellas únicas, difíciles de reponer, y construiremos cada servicio como un pequeño espectáculo sensorial”
Además, EMi cuenta con una extensa oferta de vinos por copas –incluyendo referencias de gama alta–, así como una selección cuidada de sakes y whiskys entre otras bebidas.
La experiencia líquida de EMi también se vive a través del gesto, la forma y la elegancia. Cada copa, decantado o presentación es parte de una performance en sala, con cristalería artesanal escogida de los mejores fabricantes del mundo, diseñada específicamente para ensalzar la expresión de cada bebida.
Para Millán, este nuevo reto supone una vuelta al origen desde otro lugar: “Después de tantos años trabajando en grandes casas, necesitaba un proyecto que me permitiera crear sin corsés. EMi es un lienzo en blanco donde todo está por escribir, con un equipo extraordinario y la libertad de hacer las cosas de verdad.”
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