Torralbenc Rosado 2024 recoge la esencia del paisaje menorquín, los suelos de arrecife de la isla y el carácter mediterráneo. La gama de vinos de finca Torralbenc se completa con un blanco y un tinto. Enclavado en un espectacular paraje a 2 kilómetros del mar, Torralbenc es un château menorquín que conserva la tradición de los vinos de calidad en Menorca, tras recuperar una finca agrícola histórica.
Desde el respeto a la identidad de Menorca y de sus singulares viñas, que surgen de la dura roca caliza de la isla, nace Torralbenc: un proyecto de recuperación agrícola para elaborar vinos con una personalidad muy marcada y elaborados para plasmar la esencia mediterránea menorquina.
Bodegas Torralbenc se sitúa en una finca de 70 hectáreas, muy cercana al mar, y fue construida bajo el modelo de château, rodeada de 17 hectáreas de viñedo, que comparten espacio con otros cultivos como olivos, almendros o cerezos, y un denso bosque mediterráneo. Entre su gama de vinos de finca, desde la bodega seleccionan la nueva añada de Torralbenc Rosado para hacer viajar con cada copa hasta la campiña menorquina, ahora que comienza la época estival.
Torralbenc Rosado 2024 surge del coupage de las variedades Syrah, Monastrell y Merlot, recogidas y seleccionadas a mano. Cada variedad se vinifica por separado en depósitos de acero inoxidable, permaneciendo en contacto con sus lías durante más de 3 meses. Después se ensamblan las variedades y finalmente, tras ser embotellado, permanece un mínimo de dos meses en botella antes de ser comercializado. “Nos preocupamos por preservar la frescura de nuestros vinos y de darles estructura, darles recorrido, con el trabajo de lías, como en el caso del rosado. Son vinos muy actuales, pero con un punto de complejidad”, explica César Palomino, director técnico de Torralbenc.
La cosecha 2024 estuvo marcada por un inicio de la primavera algo más seca de lo habitual, aunque finalizó con una buena reserva hídrica para el desarrollo vegetativo. Las temperaturas medias más altas favorecieron una brotación temprana y uniforme. El verano no fue especialmente cálido, aunque bastante seco, lo que favoreció una maduración progresiva sin estrés térmico excesivo. En septiembre, un descenso de temperatura media permitió preservar la frescura y la acidez de las uvas. En términos de calidad, esta vendimia ha mostrado un equilibrio notable y promete vinos con buena estructura, frescura y una expresión aromática intensa, augurando una excelente evolución en botella.
El resultado es un rosado aromático pero delicado al tiempo, que conjuga sus notas de flores blancas y pétalos de rosa, con aromas abundantes de fruta fresca, como la fresa, la pera y ese hinojo que está muy presente en todos sus vinos, como lo está en la propia campiña de la finca. En boca muestra su estupenda acidez, teniendo una buena estructura y un punto salino que nos habla de su cercanía al Mediterráneo. “Torralbenc Rosado refleja el carácter mediterráneo de su entorno, con notas de hinojo y un punto de salinidad”, remarca su director técnico.
Este vino rosado pertenece a la gama de vinos de finca de la bodega, aquellos en los que se plasma, en forma de blanco, rosado y tinto, el viñedo singular de esta finca agrícola, de gran riqueza y biodiversidad. Elaborados con las diferentes variedades de la propiedad, son una instantánea hecha vino del paisaje menorquín. Torralbenc también elabora, cuando la calidad de la uva así lo permite, otros vinos de edición limitada como es el caso de su atractivo Chardonnay Criado en Barrica.
El terreno en el que están plantadas las viñas de Torralbenc es realmente especial. Fue un auténtico reto y un arduo trabajo excavar en el marés, la característica roca del suelo menorquín heredada de los antiguos arrecifes que rodeaban la isla, ya que es de una dureza extrema. Además, fueron pioneros en el desarrollo de un sistema para poder plantar las vides en la roca, mediante maquinaria específica con puntas de tungsteno que rompen el duro suelo calizo, en el que las viñas consiguen aflorar literalmente de entre las rocas. Así, extraen todo el carácter de este terroir singular, en el que Torralbenc ha escogido una combinación de uvas tradicionales mediterráneas, que viven en equilibrio con variedades internacionales adaptadas desde hace mucho tiempo a la isla.
El clima, de carácter marítimo litoral mediterráneo, está muy marcado por el viento de la tramuntana, que refresca y da salud a sus viñas y su cercanía al Mediterráneo, que aporta unas características notas salinas a sus vinos.
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