Reportajes

Generosos más allá de Andalucía

De un adjetivo como “generoso” solo se pueden esperar cosas positivas. Es de esas palabras cuya sola mención provoca pensamientos agradables y relaciones con otros términos como altruista, magnánimo, espléndido… Resulta curioso pensar que en el inmenso universo de tipologías de vino hay también hueco para una categoría denominada “vinos generosos”. Son vinos muy especiales que tratan de superar las barreras de los vinos tranquilos y convertirse así en algo verdaderamente singular.

Texto: Rodrigo García. Fotos: DO´s y empresas citadas, y Origen

En esencia, un vino generoso es aquel en el que durante su elaboración se ha añade alcohol vínico al mosto o vinos dulces naturales. Su graduación alcohólica rondará entre los 14º y 23º grados y la mayor parte de su grado alcohólico debe proceder de la fermentación de su mosto inicial.  Dentro de la categoría de vinos generosos se incluyen también vinos dulces naturales cuya graduación supere los 14º y que hayan sido sometidos a algún tipo de crianza.

Su origen puede estar en el intento humano por evitar que los vinos tranquilos acaben estropeándose y perdiendo calidad, así como de crear productos que se conservaran mejor y durante más tiempo y pudieran ser, por tanto, mercancías comerciales para mercados lejanos y los que se tardaba mucho en llegar. Bien lo sabían los comerciantes jerezanos que contaban con sus principales clientes en el Reino Unido, y no es casualidad que la zona española donde los vinos generosos lograron gran popularidad y renombre mundial fuera el Marco de Jerez. En Andalucía la tradición de los vinos generosos se extiende por otras comarcas como el Condado de Huelva, Montilla-Moriles o la Sierra de Málaga, pero en esta ocasión ORIGEN quiere poner el foco en zonas vinícolas fuera de la comunidad autónoma andaluza donde los vinos generosos y los vinos dulces también se elaboran y donde cuentan con una interesante tradición. Nos detendremos a degustar los vinos tostados de la DO Ribeiro, los vinos dorados de la D.O. Rueda, los moscateles de Navarra, las mistelas valencianas o el vino rancio de Cataluña.

Preparamos las copas de cata y empezamos.

Tostados de la DO Ribeiro

La DO Ribeiro guarda como un verdadero tesoro la tradición de sus vinos tostados. Se trata sin duda de un vestigio vinícola sorprendente. Para conocerlo un poco mejor hemos conversado con Erika Domínguez, responsable de Promoción y Comunicación del Consejo Regulador de la DO Ribeiro, quien explica perfectamente el trasfondo histórico de estos vinos: “El Tostado del Ribeiro es un tipo de vino tradicional de la Denominación de Origen Ribeiro que, aunque con pequeños volúmenes de producción, adquirió en el siglo XIX una gran fama. Las mejores uvas de variedades autóctonas se sometían a un proceso de secado en locales llamados sequeiros o pendellos con ventilación natural. Posteriormente, durante el invierno o principios de la primavera se procedía al prensado de la uva y a la fermentación. A continuación, el vino maduraba en recipientes de madera antes de su consumo”.

Este vino tan peculiar siempre tuvo un fuerte simbolismo. En palabras de Erika Domínguez, “el Tostado era un vino de connotaciones sociales y simbólicas. Su elaboración estaba ligada a los pazos, residencias de la hidalguía rural gallega y las grandes propiedades de la comarca, que lo consumían en ocasiones especiales. Era un vino muy apreciado y costoso de producir, un vino de ceremonia, objeto de regalo y representación de rango social”.

Resulta curioso que, tal y como explica Erika, este tipo de vino se adelantó en más de medio siglo a las tradiciones de embotellado del Ribeiro “ya que en los inicios del siglo XX se comercializaba en botella, llegando a costar cinco veces más que el precio medio de los vinos blancos y tintos”.  El desarrollo de la vitivinicultura de la Denominación de Origen y la apuesta del sector por la recuperación de los productos de calidad llevaron a marcar un punto de inflexión en la recuperación del Tostado del Ribeiro, una manifestación relevante del patrimonio cultural y enológico del Ribeiro. Así, mediante la Orden del 19 de Abril de 2004 se modificó el Reglamento de la Denominación de Origen Ribeiro para amparar la elaboración del vino Tostado del Ribeiro.

El vino Tostado del Ribeiro es un vino naturalmente dulce de larga tradición. Para su elaboración únicamente se utiliza el mosto procedente de la selección de las mejores uvas autóctonas convenientemente pasificadas a cubierto. Su producción es muy pequeña, laboriosa y compleja, y representa en la actualidad alrededor de un 1% de la producción total vinícola de la D.O. Ribeiro.

¿Cuál puede ser el maridaje perfecto para un Tostado de Ribeiro? Erika comparte con los lectores de ORIGEN algunas pistas: “Estamos ante un tipo de vino dulce intenso, complejo y peculiar. Al catarlo en seguida nos llegan recuerdos y aromas de frutos secos y confitados, miel, flores amarillas, dulce de membrillo o piel de naranja confitada. Los tostados son vinos concentrados con buen equilibrio entre la acidez y el dulzor, untuosos, aterciopelados y muy persistentes en el paladar. Van a la perfección con dulces y todo tipo de postres, pero también se pueden acompañar de distintos quesos, frutos secos o tostas con foie gras, por ejemplo”.

Costeira, impulsora del Tostado

Una de las bodegas de la D.O. Ribeiro que más ha apostado por este tipo de vino es Costeira. Su brand manager, Ana Fernández, explica que “la documentación conservada en el Museo Etnográfico de Ribadavia permite saber que su producción era muy limitada, representando solo el 2% del total, y se destinaba principalmente como obsequio”.

El Tostado de Costeira es un vino elaborado exclusivamente con uva Treixadura. La vendimia se realiza con un riguroso proceso de selección, recogiendo los racimos en pequeñas cajas de máximo dos kilos. Tras la cosecha, las uvas se pasifican de manera natural durante 3 a 5 meses, sin control artificial de temperatura o humedad. La tradición marca dos momentos clave para iniciar su elaboración: antes de Navidad o después del Carnaval. Luego, la uva pasa a una prensa vertical, estrujados ligeros y con presiones graduales durante 24 horas. Finalmente, la fermentación se consuma en barricas de roble, con lo cual se buscan las mejores condiciones para favorecer los procesos de microoxigenación y microevaporación.

Según Ana Fernández, “el Tostado que elaboramos es Costeira es extraordinariamente versátil. Igual brilla en calidad de aperitivo junto con frutos secos, abriendo la boca y los sentidos, aunque es en la sobremesa donde el tostado luce con especial intensidad, ya en combinación con todo tipo de postres, o sin más, como el mejor broche a una buena comida. Una copa de fino cristal, estrecha y con el borde ligeramente abierto, es ideal para degustarlo. A partir de los seis grados encuentra su temperatura óptima”.

Los Dorados de Rueda

Nos remontamos en esta ocasión a los años de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, en pleno reinado de los Reyes Católicos. Y el escenario es un de las poblaciones castellanas más influyentes del momento, Medina del Campo. Allí está el origen de los vinos Dorados de la DO Rueda.

De hecho, durante el reinado de los Reyes Católicos, el vino Dorado llamado entonces “vino de Medina” era considerado como “Vino de la Corte” e Isabel la Católica puso en marcha políticas proteccionistas alrededor de este vino, que continuó en auge a lo largo de los siglos. Centurias más tarde, ya en 1911, una Orden Real declara al “Vino de Medina” como un vino especial, similar a los de Jerez y Málaga.

El vino Dorado se obtiene por crianza oxidativa a través de damajuanas o botas de madera. Se elabora a partir de las variedades Palomino Fino y/o Verdejo y debe permanecer en barrica de roble, al menos, los dos últimos años inmediatamente anteriores a su comercialización.

Alba Tardón, técnica del Consejo Regulador de la DO Rueda, explica para ORIGEN que “desde febrero de 2024, en la D.O. Rueda podemos usar el término ‘vino generoso’ para referirnos a nuestros vinos Dorados, gracias a la aprobación, en la Comisión Europea, de la solicitud del Gobierno español que pedía la modificación de esta nomenclatura”.

Para la D.O. Rueda esto supone “un gran reconocimiento a esta categoría de vinos, a su origen histórico y a su excelente calidad. Además, nos permite situarnos en primera línea del mercado de los generosos en España, al lado de los grandes nombres que históricamente lleva asociado este tipo de vino”.

El vino Dorado se obtiene por crianza oxidativa a través de damajuanas (envases de cristal de 16 litros de capacidad) o botas de madera. Se elabora a partir de las variedades Palomino Fino y/o Verdejo y debe permanecer en barrica de roble al menos los dos últimos años inmediatamente anteriores a su comercialización .

Aunque su producción es muy pequeña y actualmente sólo hay tres bodegas en la D.O. Rueda que comercializan dichos vinos, los vinos Dorados de la D.O. Rueda han obtenido numerosos reconocimientos internacionales y altísimas puntuaciones que los colocan en el punto de mira de los paladares más exigentes.

¿Qué momento de consumo nos recomienda el Consejo Regulador para estos vinos tan singulares? Alba Tardón no tiene dudas: “Los vinos dorados de la D.O. Rueda son perfectos para compartir en muchos momentos: como aperitivo, junto con unas aceitunas, anchoas… en una comida en los que puedas pararte a degustar la complejidad de matices que contienen, junto con elaboraciones gastronómicas como pueden ser estofados, carnes rojas, caza, atún, platos con especias, quesos curados, guisos, carnes, alcachofas, anchoas, bacalao o foie. Y también acompaña perfectamente los postres”.

Damajuanas y botas, elementos clave

Las tres bodegas de la DO Rueda que elaboran vinos dorados son Bodegas de Alberto, Félix Lorenzo Cachazo y Cuatro Rayas. El vino De Alberto Dorado es una de las joyas enológicas de Rueda, elaborado siguiendo un proceso artesanal que combina la crianza en damajuanas expuestas al sol y su posterior maduración en barricas de roble. Esta técnica tradicional permite obtener un vino con una complejidad única, en la que se combinan notas de frutos secos, especias y un equilibrio perfecto entre acidez y volumen en boca.

El vino Carrasviñas Dorado de Bodegas Félix Lorenzo Cachazo se elabora con las variedades blancas de Verdejo y Palomino Fino, obteniéndose un vino base de 15 grados de alcohol. Posteriormente, se introduce en damajuanas permaneciendo a la intemperie, en el exterior de la bodega durante al menos 18 meses, facilitándose así su crianza oxidativa. Antes de ser comercializado, permanece al menos dos años en envases de roble.

Y, por último, el vino 61 Dorado en Rama de Bodegas Cuatro Rayas es de producción limitada elaborado con las variedades Palomino, procedente de una parcela centenaria con apenas una hectárea, y Verdejo, también con una antigüedad de cien años. Este vino se selecciona mediante la cata de más de 100 barricas, algunas con vinos de más de 60 años. Se elabora siguiendo el método de crianza y envejecimiento tradicional de la zona, semejante a los vinos generosos del sur de la Península. Se introduce en envases de madera de 550-660 litros de capacidad, también llamados botas, dejando 1/3 del envase sin llenar.

Dulces Moscateles

Los vinos comúnmente conocidos como Moscateles son aquellos en los que la fermentación se ha detenido en un determinado momento con la adición de alcohol. Se elaboran a partir de uvas de la variedad Moscatel que resultan muy aromáticas. Los racimos se despalillan y estrujan en la bodega. El mosto con los hollejos se lleva a las tinas de fermentación donde fermentan de manera incompleta para conservar todos los aromas del hollejo. Se añade el alcohol, se prensa y se somete a diversos trasiegos hasta conseguir un vino de entre 15 y 17 grados.

Cerca de la costa levantina triunfan los vinos dulces y semidulces de la aromática Moscatel de Alejandría y subiendo por el litoral mediterráneo llegamos a la localidad barcelonesa de Sitges para degustar un auténtico tesoro de la viticultura española, los vinos dulces de Malvasía de Sitges. Los vinos de Moscatel de grano menudo en Navarra se han convertido en líderes en su categoría, con la localidad de Corella, en la Ribera, como centro neurálgico de estos viñedos que ofrecen unos racimos con bayas dulces, de color dorado y con aromas muy distintivos que se traducen en vinos dulces, frescos y con un toque de acidez muy equilibrado. Las Malvasías en Canarias, y más concretamente en Lanzarote, son una pista que todo amante de los vinos dulces debería rastrear, con una viticultura extrema por las inclemencias del viento y sobre tierras negras de origen volcánico.

Mistela y ‘barrejat’, orgullo valenciano

La Mistela es una bebida alcohólica elaborada a partir del mosto de uva al que se le añade alcohol inmediatamente para detener su fermentación, de tal forma que el azúcar de la uva no se transforma en etanol. Para elaborar la mistela se parte de mosto sin fermentar que se encabeza con alcohol, evitando así que el mosto fermente, ya que el alcohol inhibe la acción de las levaduras y estas no pueden transformar el azúcar en alcohol y carbónico. La graduación mínima de una mistela es de 13 grados y el contenido en azúcar está generalmente por encima de los 70 gramos. Es, por lo tanto, una bebida de sabor dulce y afrutada, donde debe destacar el sabor de la uva y que resulta profundamente aromática. Se puede elaborar en una variedad blanca, hecha con uvas blancas y en una variedad tinta. Garnacha o Tempranillo para las tintas y Moscatel para las blancas suelen ser las variedades más utilizadas. Es posible prepararla fresca o en barrica, donde puede estar entre 6 y 8 meses, pero nunca llega a fermentar.

Es importante recordar que la Mistela y el Moscatel son dos bebidas diferentes. Ambas son dulces y tienen un proceso de elaboración que comienza de la misma manera, pero tienen poco más en común. Para empezar, tal como hemos visto, la Mistela no es vino. Es la mezcla del mosto y alcohol que no fermenta. El Moscatel sí es vino, elaborado con uvas Moscatel, que se cría en barricas, lo que le proporciona una mayor complejidad. El color es otro elemento distintivo en ambas. La Mistela puede ser de colores claros cuando la uva usada es blanca, o de tonos rojizos cuando la uva usada es tinta. En cambio, el Moscatel tiene una variedad cromática única del castaño al caoba intenso.

El barrejat es una bebida popular de Valencia que se caracteriza por su sabor único y tradicional. Este término significa mezcla en valenciano, se obtiene de la mezcla de dos de las bebidas más populares y famosas de Valencia: la Cazalla (un aguardiente anisado transparente y alcohólico que se obtiene de la destilación de semillas de anís) y la Mistela. Fue una bebida muy popular durante el siglo XIX entre los jornaleros del campo, quienes solían tomarlo para combatir el frío de la mañana y como una forma de terminar los almuerzos. Actualmente se presenta como una bebida versátil, que puede tomarse en un vaso corto de chupito tradicional o innovar como un trago largo.

Vinos rancios catalanes

Una variante del sistema clásico de añejamiento de vinos es el llamado proceso de enranciado, por el que se obtienen vinos secos de alta graduación: se producen en las zonas vinícolas de Tarragona, Priorat, Alta Empordà y Terra Alta.

Para obtenerlos se emplean mostos de alta graduación que son encabezados con alcohol fino para que sean ligeramente abocados. Se suele partir de vinos muy viejos, que sirven de soleras o se mezclan en proporciones variables con vinos jóvenes. Después se procede al envejecimiento en barricas. Con el fin de activar el añejamiento de estos vinos, se recurre a una práctica característica de estas comarcas. Es el soleado del vino o “vino de sol y sereno”. Consisten en dejar el vino durante un tiempo envasado en barricas de madera o en envases de vidrio oscuro a la intemperie. Esto se suele hacer en épocas en las que la diferencia entre las temperaturas diurnas y nocturnas es la mayor posible Así el oxígeno del aire, más soluble que el vino frío, se disuelve en él durante la noche y por el contrario, durante el día, al aumentar la temperatura se acelera la oxidación propia de este tipo de añejamiento.

¿Con qué acompañamos una copa de vino rancio? Su complejidad y sabores únicos los convierten en compañeros ideales para quesos muy curados e intensos, como el queso azul o el queso parmesano. También se complementan muy bien con postres elaborados, como pasteles de nueces, tarta de manzana o chocolate oscuro.

Fondillón, el lujo de lo escaso

Con la variedad Monastrell se elabora en Alicante una de las joyas de la enología dulce española, el Fondillón, un vino que tras estar en peligro de desaparición está viviendo una interesante resurrección. No se trata de un vino generoso pero sí es un vino dulce que supera los 16º de graduación.

El nombre de Fondillón proviene de un elemento crucial que aparece en el fondo de las barricas: la madre del vino, es decir, los posos y sedimentos que se forman en el fondo de los toneles y que son fundamentales para su maduración. Este vino es el único del mundo que puede envejecer por sí solo, sin añadirle alcohol, no es un vino fortificado, pero para alcanzar su calidad, además de envejecer un mínimo de diez años, debe hacerlo en un tonel que contenga esa madre del vino. Y ha de elaborarse con uvas 100% Monastrell sobremaduradas en el viñedo, recogidas en la vendimia más tardía posible, noviembre, incluso diciembre, lo que proporciona mucho azúcar a la uva y que se traduce en más grados de alcohol en su elaboración. Es un vino que para llegar a su plenitud precisa de un proceso de envejecimiento de un mínimo de diez años, y esta crianza debe de realizarse en toneles de roble de 1.730 litros de roble americano viejo.

LA RECETA

Royal de gallo del Penedés (con un toque de vino rancio)

Andrés Torres, restaurante Casa Nova en Sant Martí Sarroca (Barcelona)

 

  1. Royal de Gallo del Penedés
  • 1 gallo del Penedés
  • 200 g de muslos del gallo
  • 150 g de ciruelas pasas
  • 25 g de vino rancio
  • 30 g de piñones troceados
  • 15 g de polvo de hierbas aromáticas
  • Hojas de plátano
  • Sal y pimienta

Eviscerar el gallo, deshuesar y quitar la piel de las pechugas y muslos. Triturar en un robot de cocina la carne de los muslos sin piel, las ciruelas pasas y el vino rancio. Una vez obtenida una pasta, pasarla por un tamiz. Añadir los piñones, polvo de hierbas y salpimentar al gusto. Reservar la mezcla en una manga desechable.Filetear las pechugas de gallo, procurando mantener su forma. Darles pequeños golpes con un mazo para igualar el grosor. Con esta base preparada, salpimentar y colocar en el centro un cordón de la muselina. Envolver con film para dar forma de rollo y enfriar durante 30 minutos.Para cocinar el rollo, el restaurante utiliza un horno bajo tierra en el que emplea viñas viejas de su entorno. Estas, al arder y convertirse en brasas, calientan durante toda la noche unas piedras de río extraídas de la propia finca, que se colocan en el interior del hueco del horno. Esto garantiza una temperatura constante durante todo el proceso de cocción.Antes de introducirlo en el horno, el rollo de gallo se envuelve cuidadosamente en hojas de plátano. Como base, añaden romero de bosque para aromatizar las brasas. Finalmente, el rollo se cocina lentamente durante aproximadamente tres horas.

  1. Salsa de manzana
  • 700 g de zumo de manzana de Pontons
  • 20 g de zumo de lima
  • 10 hojas de menta
  • 8 g de sal
  • 3 g de goma xantana

Extraer el zumo de las manzanas y triturar todos los ingredientes en un robot de cocina (sin incluir la goma xantana). Pasar la mezcla por un colador y texturizar con la goma xantana. Eliminar el aire y reservar.

  1. Crujiente de manzana
  • 2 manzanas de Pontons
  • 450 g de agua
  • 100 g de azúcar glas
  • 15 g de jarabe de glucosa
  • 1 rama de canela
  • 2 clavos de olor

En un cazo, llevar al fuego todos los ingredientes, excepto las manzanas. Cortar las manzanas en rodajas muy finas. Cuando el jarabe alcance los 50 °C, añadir las manzanas y continuar cocinando a fuego lento hasta alcanzar los 90 °C. Retirar del fuego y dejar reposar durante al menos 1 hora. Después de este tiempo, retirar las manzanas y deshidratarlas hasta que estén crujientes.

  1. Nabo macerado
  • 1 nabo daikon
  • 200 g de salsa de soja
  • 200 g de mirin
  • 100 g de vinagre de arroz
  • 80 g de azúcar
  • 20 g de hojas de cilantro
  • 5 g de Pimentón de la Vera
  • 5 g de pasta de ajo

Pelar y cocinar el nabo al vapor a 130 °C durante aproximadamente 40 minutos (el tiempo de cocción dependerá del tamaño del nabo). Mezclar los ingredientes restantes en una fuente y, una vez cocido el nabo, añadirlo a la mezcla en una bolsa al vacío. Dejar macerar en un lugar oscuro y a baja temperatura durante al menos siete días.

  1. Manzana encurtida
  • 1 manzana de Pontons
  • 75 g de vinagre de la casa
  • 50 g de agua
  • 40 g de miel

Pelar y cortar la manzana en dados pequeños. Mezclar todos los ingredientes y añadirlos a una bolsa de vacío. Sellar y dejar encurtir durante 3 días a temperatura de 4 °C.

  1. Crema de ajo asado
  • 5 cabezas de ajo
  • 50 g de soja
  • 50 g de miel
  • 25 g de aceite de oliva virgen extra

Cortar la base de los ajos, cubrir la fuente con papel y hornear a 100 °C durante 2 horas. Una vez cocidos, separar la piel, dejando únicamente el ajo cocinado. En un robot de cocina, añadir los ingredientes restantes, pasar por un colador y reservar.

  1. Tartaleta de heno
  • 100 g de heno fresco
  • 50 g de mantequilla ahumada

Llevar el heno al horno a 120 °C durante 30 minutos para secarlo. Dejar enfriar y triturar hasta obtener un polvo fino. Derretir la mantequilla, pintar la base de masa filo con ella y espolvorear el polvo de heno. Repetir este proceso tres veces. Colocar la pasta en moldes de tartaleta y hornear a 180 °C durante 15 minutos o hasta que estén levemente doradas. Dejar enfriar.

  1. Paté y ratafía
  • 150 g de hígado de gallo
  • 150 g de mantequilla pomada
  • 100 g de caldo de ave
  • 25 g de ratafía
  • Sal y pimienta

Cocinar los hígados en agua hirviendo durante 15 minutos. Mezclar la ratafía con el caldo de ave. Triturar los hígados cocidos con un brazo de cocina hasta obtener una masa cremosa, añadiendo alternadamente la mantequilla y mezcla de caldo de ave. Salpimentar y dejar enfriar con papel film tocando la mezcla por lo menos 8 horas antes de usar.

 

 

 

Rodrigo García

Tres aficiones: escribir, comer y recorrer carreteras secundarias buscando ermitas románicas, huertas y viñedos. Conservo estas rutas en libretas manuscritas, pero también buceo con soltura en lo digital y sus redes. Fan total de Delibes, Llamazares y María Sánchez. Alma de flâneur campestre en la gran ciudad.

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