Llama la atención el entorno cálido y acogedor, con decoración vintage de inspiración colonial, cómodas sillas y butacones, multitud de plantas y el luminoso patio acristalado separando las dos zonas principales de sala y barra. Todo ello hace de este restaurante un rincón ideal para celebrar desde una cita a un cumpleaños, reuniones de empresa o presentaciones de producto. Incluso es un buen sitio para ‘desaparecer’, porque el secreto mejor guardado de La Contraseña tiene carácter de speakeasy y es su reservado ‘El Escondido’, del que nadie sabe nada hasta que entra… y del que no puede decir nada cuando sale. Un espacio para albergar de forma ‘clandestina’ hasta a 12 personas.
Con la madurez renuevan el equipo, abogando por una cocina cada vez de más calidad, nutriéndose de nuevos proveedores y platos para todos los gustos con los que disfrutar en su horario non stop como los Mejillones de roca con salsa picantona, los Huevos 63º con migas extremeñas, un exquisito Tartar de salmón marinado en casa con burrata ahumada, unos Tacos de costilla a baja temperatura, o yéndonos hacia el lado más exótico de la carta, Lomo de atún al teriyaki con verduras salteadas, Ceviche de corvina salvaje con cítricos y sorbete de mandarina o Magret de pato con plátano confitado y salsa de lima.
Siguiendo con las carnes, no hay que perderse el sencillo pero infalible Lagartijo ibérico con pimientos de Padrón y papas o la Carrillera de ternera estofada con puré de patata… y para los amantes de la pasta, parada obligatoria en los Linguini de sepia con gambones y berberechos. Nadie, ni siquiera los celíacos, debería saltarse el postre, y es que además de estar buenísimos, hay uno con ‘cifrado’ especial. No falta la Tarta de queso, aquí con fresas a la vainilla, ni el Brownie de chocolate con helado, pero también hay una ‘invitada’ sin gluten, la Tarta de zanahoria by Celicioso, y una Torrija con cítricos, anisados y helado de leche fresca espectacular que además es solidaria. De cada una que se pide -y son bastantes, por algo es uno de sus must-, La Contraseña dona 1 € a la Fundación CRIS contra el cáncer.
Pasándonos al líquido, tiene una buena selección con varias D.O. de blancos, tintos y rosados además de cavas y champagnes y una carta específica de ‘Gin-Tonics de autor’ entre 7 y 12 €. Y es que La Contraseña está pensada para disfrutar de la comida, pero su nuevo horario ininterrumpido se presta a estirar los mediodías e incluso juntarlos con las noches o sumarse en el afterwork, según el día que sea… porque además los fines de semana no hay que perderse el ‘Gin Bar’ en la parte alta del local, un rincón en el que ver y no ser visto y que también se puede reservar para hacer de una reunión de amigos algo exclusivo.
El Hotel Olom de Cádiz llevará a cabo un evento para promover la cultura gastronómica…
Rebaños controladas por drones, cabras con dispositivos digitales para su localización o la inteligencia artificial…
Son dos pintxos creados por el chef Josean Merino y que estarán disponibles durante el…
Paco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén, ha indicado que contra la voluntad de…
La Asociación Española de Denominaciones de Origen (Origen España) ha celebrado el texto final del…
El consumo de vino en España aumentó un 2% en febrero con respecto al año…