El secreto del sabor inigualable de las patatas Bonilla a la Vista, famosas en el mundo entero por su calidad premium, es que no existe misterio: aceite de oliva, un toque de sal marina, y la mejor patata finamente laminada. Este pasado fin de semana, con motivo de la 41ª Edición da Festa da Pataca de Coristanco, la marca de aperitivos con sede en Sabón (A Coruña) creó una sinergia en colaboración con el Ayuntamiento de Coristanco y el Centro de Promoción Rural EFA Fonteboa, fruto de la cual el consistorio gallego puso a la venta unas 10.000 unidades especiales del producto, fabricado exclusivamente con patata de Coristanco variedad Kebec.
Esta edición especial, que contó con un embolsado especialmente diseñado para la conmemoración, pudo adquirirse exclusivamente en la Festa da Pataca y se trata de la primera producción de este tipo para Bonilla a la Vista, cuya dirección no cierra puertas a posibles nuevas colaboraciones similares, “porque la calidad de la patata de Coristanco es indiscutible”, ha apuntado Fernando Bonilla, director de la marca, “y estamos seguros de que el público va a apreciarlo claramente cuando deguste estas patatas fritas”. El producto final, de color sutilmente dorado y con el suave sabor de la patata Kebec típica de Coristanco y el toque del aceite de oliva, pudo adquirirse en el único formato de bolsa de 150 gramos, el formato con mayor distribución dentro de la firma.
Un producto líder en el mercado
Bonilla a la Vista, nacida en Ferrol en el año 1932 a las órdenes de Salvador Bonilla, padre del actual responsable, César Bonilla, lleva casi 90 años dedicada a la producción de churros con chocolate -cuenta con 6 locales propios en A Coruña- y patatas fritas, su producto estrella, que ha logrado posicionarse como líder en el mercado. En la actualidad, las patatas fritas Bonilla a la Vista se venden en un total de 23 países (España, Alemania, Andorra, Australia Bahamas, Bélgica, Canadá, Caribe (Saint Martin), Corea del sur, Estonia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Países Bajos, Panamá, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suiza, Taiwan y Estados Unidos), cuenta con 5 locales propios en A Coruña y más de 100 trabajadores. Su fábrica, ubicada en el Polígono de Sabón, en Arteixo, produce en torno a las 400 toneladas de patatas fritas al año. El 15% de la producción se exporta al extranjero (un 10% va al mercado Asiático, principal zona de exportación).
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